CAPITULO 86

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—Estaré esperando afuera.

El caballero me dejó pasar por la entrada con la su cara llena de vergüenza. Metí algo en el inodoro para que se obstruyera y así apenas logre salir.

Originalmente el caballero intentó entrar para vigilarme y evitar cualquier incidente imprevisto, la única razón por la que pudo acompañarme es porque todo mi honor y estatus había sido degradado.

Por cierto, si desaparecía por el espejo, el conductor me lo diría, pero no sé qué diablos va a hacer Medea. Sabía que le iría bien, pero seguía preocupada y recelosa. Mientras miraba a mi alrededor, di unos golpecitos en el espejo.

—Medea —Ante mi susurro, pronto apareció y se estiró hacia mí.

Medea agarró mi mano y tiró de ella siendo succionada por el espejo sin ayuda. Cuando desperté, llegué a la casa de Kynthia.

Kynthia y Anakin me estaban esperando en la habitación, con los ojos bien abiertos. Cuando pude ver esas caras familiares, me sentí nerviosa por lo que comencé a reír.

—Señorita...

—No hay tiempo para los saludos, Kynthia, hay algo que tienes que hacer por mí.

—Lo que sea. —La niña parpadeo asintiendo de manera vigorosa.

Mirar su rostro de repente me hizo sentir culpable, no quería que esas cosas fueran dichos por la niña que me agradaba, pero no podía pedir otra cosa.

Tomé las mejillas de Kynthia y comencé a susurrar.

—Quiero que comiences a difundir rumores en la calle de que soy una bruja.

—¿Que? ¿Qué es lo que quiere decir...?

—También debes de decirles eso a los informantes, tienes que hacer que la mayor cantidad de persona lo crean.

—¡Señorita! —Kynthia gritó aterrorizada.

Ella estaba temblando, lamentaba que tuviera que hacer eso.

—¿Sabe lo que me esta pidiendo? Si la acusan de bruja ¡será la pena de muerte! ¿No saben cuanto odian a las brujas?

Kynthia deambulaba por la habitación inquieta, pero al final sus pies de detuvieron.

—Si, es por eso que debes de esparcir el rumor de que soy una bruja. De esa manera definitivamente me ejecutaran.

Tomó mi mano y negó con la cabeza.

—No señorita, por favor no haga eso... hay un dicho que dice "vivir es mejor incluso si es la vida parecida a la de un perro" ¿sí? Incluso si se arrepiente no podremos detenerlo.

Me arrodille en frente de ella sin decir ni una sola palabra. Kynthia se estremeció, pero no soltó mi mano.

Sabia que era una cobarde, pero en ese momento no era yo la que estaba desesperada sino Kynthia. Hice contacto visual con ella y oré fervientemente.

—Por favor Kynthia... no hay nadie mas que tú que pueda hacer esto por mi... descubriste anoche que soy una forastera ¿verdad? Debo de ser ejecutada para regresar a mi mundo.

Los ojos vacilantes de Kynthia evitaron mi mirada y susurró con una voz tenue y delicada.

—Si te acusan de bruja es posible que te torturen.

—Lo sé.

—Serás lastimada hasta el momento en que se dicte la sentencia de muerte.

—No me importa.

Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora