— Para finalizar, me gustaría saber si ya está preparado el tema de los votos — preguntó la mujer frente a nosotros.Mi madre, Christopher y yo estábamos reunidos con una de los organizadores de la boda.
Mi madre tenía el don de elegir el peor día para estas cosas.
Mi padre regresaba pronto y tenía muchas cosas pendientes, entre ellas estudiar un rato la maldita legislación que solo quería que fuese aprobada o me podría lanzar por la terraza fácilmente.
— Muy buena pregunta — continuó mi madre lanzando su mirada hacia nosotros con intriga.
Miré a Christopher junto a mi de soslayo, me sorprendí al encontrarme con sus mirada brevemente.
— Bueno, pues por mi parte no han habido grandes avances, ya que he tenido poco tiempo disponible y aún creo que tendre suficiente hasta la boda — respondí sin mayor intención de alargar el tema, pero era imposible.
— Yo he adelantado un borrador — respondió Christopher después de mi.
Era imposible que estuviese diciendo la verdad. En aquel momento los únicos votos de amor que podría escribir para mi era algo como, "Querida Alya, (resalto querida) Te odio por sacarme de la habitación a una más pequeña, odio tu proyecto del castillo y rezo con anhelo todas las noches antes de dormir que te pase un auto por encima"
No tenia ningún tipo de sentido.
— El tiempo pasa volando, no hay que confiarse, hay que tener este punto listo para descartarlo y enfocarnos en algo más — nos recordó la mujer mientras gesticulaba de forma exagerada.
— Así es, lo tendré listo pronto — anuncié, solo para que pudiésemos irnos más rápido.
Funcionó, porque se fue después de felicitar a Christopher por su compromiso.
El tema de los votos me había importado muy poco desde que nos lo dijo por primera vez, lo recordaba de vez en cuando y solo pensaba en que era un problema que me negaba a enfrentar, mucho menos a solucionar.
Mi única base en esto era un discurso de protocolo sin originalidad. ¿Qué más podría escribirle a Christopher? Si apenas nos estamos aprendiendo a conocer y aún me costaba aceptarlo tan siquiera como amigo.
Al terminar la reunión me gasté la mitad de la tarde en mi despacho estudiando, había estado todos estos a días tanto tiempo con Christopher que había decido alejarme y trabajar yo solita en esto al menos por un día, aunque tuve que admitir con mucha dificultad qué tal vez me iba mejor con su voz de fondo diciéndome que si sigo así le darían la corona a Sally.
Era complicado... era de hecho muy complicado llevar tantas cosas al mismo tiempo, porque igual si mi madre me llamaba a una reunión sobre la boda debía ir con toda la disposición, al igual que si debía solucionar asuntos relacionados con el castillo o mi padre queriendo que lo acompañe a sus viajes, o mi hermano que pase un par de minutos con él, o mi necesidad de querer estar sola y tener un momento así sea para maldecir mi vida un rato.
Podría colapsar en cualquier momento.
El reloj marcó las 5pm y mi estómago empezaba a rogar por la merienda, aunque me forzaba a apartar el pensamiento de detenerme y comer algo, se me hizo imposible, porque eso me hacía desconcentrar y posiblemente terminaría perdiendo la cabeza, así que casi en contra de mi voluntad, pero sin quejarme realmente fui a la cocina.
¿Por qué? Si pudiese habérselo pedido a una mucama.
Pues es extraño, a ver... la verdadera razón es que quería salir de ese lugar así sea por un par de minutos, estirar las piernas, no pensar en letras, pero fue muy gratificante y casi como una gran coincidencia que Benjamin estuviera en la cocina esperando su merienda. No hablábamos desde que vino su madre, solo porque no nos habíamos cruzado, así que al verlo me acerqué sin dudar y le saludé con entusiasmo.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...