Capitulo 16

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— Buenos días, Alya — mi abuela llamaba mi atención a mis espaldas.

Me encontraba en la biblioteca leyendo un poco sobre el tema de la legislación.

— Buenos días, abuela — le mostré una leve sonrisa.

— Es bastante temprano, ¿que haces? — preguntó tomando asiento frente a mi.

Mi abuela lucia joven, su cabello era castaño claro y siempre llevaba un labial rojo que resaltaba sus delgados labios, además de vestir siempre elegante, pero no con vestidos, eso solo en ocasiones especiales, usualmente usaba pantalones, pero no dejaba jamás los tacones.

Sus ojos eran muy azules y su piel blanca, tan blanca como la de mi madre, pero era indudable que se trataba de la madre del rey, por su carácter, ella me intimidaba, muchísimo más de lo que me gustaría aceptar, y sin duda mucho más de lo que me hubiese gustado para una abuela.

— Estudiando un poco, mi padre me asignó la presentación de la legislación frente al parlamento.

— Sí, eso me dijo, aunque deberías tomarte un momento, dicen las mucamas que Christopher la está pasando mal.

— No fue tan grave realmente, lo que necesita es reposo, no hay mucho que pueda hacer igual.

— Pero es la persona que amas, ¿verdad? Deberías acompañarlo, seguro le hará bien.

Pequeño detalle: mi abuela no sabia que mi matrimonio era arreglado, mis padres decidieron no decirle nada. ¿Las razones? Bueno, era una mujer complicada, ella se casó por compromiso, pero eventualmente se divorció y luego conoció a mi abuelo, se casaron por amor, o eso dice. Según sus malas experiencias, ella no permitiría que alguno de sus nietos nos casásemos a través de un arreglo, se lo mencionó a mi padre con Thebe y fue más que suficiente para que quisiera mantenerse todo bajo perfil.

Desde que había llegado, todo con Christopher se complicó, porque si bien no tenemos que pretender nada con mis padres o los empleados, con mi abuela si, y ya más de una vez había tenido que tomarle la mano cuando caminábamos por ahí, hasta llamarle "cariño", algo de lo que todavía me resultaba detestable.

— Sí, tienes razón, y me encantaría poder estar junto a él todo el día, pero tengo un compromiso demasiado importante y ustedes siempre me aconsejan que mi deber va antes que cualquier cosa.

— Bueno, ahora tú tienes razón, me alegra saber que estás tan enfocada en tu deber.

— Lo estoy, de verdad... Esto significa todo para mi.

No mentía, en aquel momento mi responsabilidad de heredera significaba mi vida entera, y ni siquiera había sido por elección, pero estaba realmente comprometida.

— ¿Sabes?... — se acomodó en la silla, dejando sus manos de manera delicada sobre su regazo — cuando supe que serías la heredera al trono, dude muchísimo de tus capacidades, eras insegura, hablabas poco e incluso el tono de tu voz era tembloroso, para nada seguro como el de una futura reina, no como tú hermana, que aunque no la conocieras, la veías a los ojos y sabías que era importante, pero al igual que a toda la familia, nos decepcionó, tal vez no era tan reina como creía... Ahora que te veo, de esta forma, me doy cuenta que podrías ser incluso más reina que ella.

Sentí mi garganta anudarse al menos dos veces, casi me atrapó la voz, me costó responder. Era la primera vez que alguien de mi familia, además de mi hermano, mencionaban a Thebe, y que lo hubiera hecho de esa manera, la peor de todas... me rompía por dentro.

¿Cómo era capaz de compararnos así?

— Siento que nunca estaré a la altura de mi hermana, pero seguiré trabajando fuerte y mi compromiso es intacto — respondí con seguridad, intentado ocultar la molestia en mi tono.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora