Capítulo 35

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— ¿Nassoumi? Nunca había escuchado de ese país — dijo Ben haciendo un gesto confundido.

Le explicaba sobre mi próximo viaje mientras nos escondíamos del mundo detrás de los establos.

— Es un país bastante pobre en Africa, a 10 horas en avión.

— ¿Tu te sientes bien para un viaje así, Aly? Es mucho tiempo en avión y he escuchado que Africa es un lugar bastante rudo.

— No se me siento bien para ello, pero lo necesito.

— Está bien, igual te voy a extrañar.

— Solo será una semana.

— Da igual.

Eran casi las 4 de la tarde y era domingo por lo que el palacio estaba en extrema calma y hasta la presencia de Benjamin era anormal, solía tener los fines de semana libres, pero había venido su familia de visita a su casa y tuvo que ceder su habitación por lo que estaba pasando algunos días en el palacio y en lugar de pasar en domingo en casa quiso pasarlo conmigo.

— Tengo una duda, Alya, en realidad muchas y no sé ni por donde empezar.

— ¿Dudas? ¿Sobre qué? — lo mire cuidadosamente.

Nos encontrábamos sentados bajo la sombra de un pequeño árbol tras los establos, él había puesto una manta de picnic y había traído fruta para comer, así que allí estábamos, sentados en aquella posición que me costaba trabajo aún, pero la recomendaba mi terapeuta.

— Sobre nosotros.

No dije nada por un momento, pues desde nuestro beso no habíamos hablado sobre ello, tan solo habíamos vuelto a nuestra normalidad anterior y de alguna forma aquello me soplaba al oído todo el tiempo. Sabía que tendría que enfrentarlo tarde o temprano, pero no quería hacerlo sin haber aclarado mis ideas antes y lo que tenia en mente estaba tan claro como el agua.

— Adelante, pregunta lo que quieras — le di la suficiente confianza en mi tono como para que relajara sus hombros.

— No hemos hablado de lo qué pasó en el salón de música.

— ¿De tu melodiosa voz? — bromeé, pero no le hizo gracia, estaba nervioso —. Es una broma, pero antes de darte mi versión quiero saber la tuya.

Dudó un buen rato si decirlo o no, pero finalmente se decidió por hacerlo y pensé que mentiría, pero fue tan honesto que me abrumó.

— Me gustas mucho, Alya. No desde el momento que nos conocimos, entonces me parecías una más de la realeza, bella, simpática, pero una más, fue hasta que te conocí de verdad y eventualmente me di cuenta que estaba viéndote de otra forma, y no quiero que sientas presión o algún tipo de responsabilidad por lo que te estoy diciendo, yo entiendo que jamás podrá pasar nada entre nosotros, además no tienes que decir que sientes lo mismo por mi, yo el otro día te vi besando a Christopher y puedo asumir que han arreglado sus cosas, pero aún así quería que lo supieras porque me iba a ahogar en mi mismo si no.

Se veía tan tierno, tan sincero sacando todo de su corazón, me sentí conmovida, de verdad conmovida, era la primera vez que alguien declaraba sentir algo por mi de esa manera.

— La verdad no esperaba que nada pasase entre tú y yo, aunque como te dije el otro día, siempre he pensado que serías la pareja ideal, esto teniendo en cuenta muchos conceptos además del amor. No lo sé, de alguna forma tú también me gustas y disfruto muchísimo tu compañía y aunque sé que nada va a poder ir más allá de estos momentos, si tú estás de acuerdo me gustaría vivirlos, ¿sabes? tengo curiosidad de ver hasta donde podemos llegar sin herirnos. Ah y que sepas que eso que viste con Christopher no es nada de nada, es un acuerdo entre él y yo donde intentábamos que nuestro primer beso no fuera en la boda y... bueno, cosas de nosotros.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora