Capítulo 52

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— ¡Bingo! — Christopher me mostró el control con gesto victorioso, dejé la taza en la mesa de noche y le extendí la mano con emoción.

Me lo entregó y se quedó de pie mirando hacia la pantalla mientras yo presionaba el botón rojo, fue hermoso cuando se encendió y nos reímos cuando lo primero que apareció fueron nuestras caras durante la boda con una mujer de fondo diciendo, "he aquí algunas imágenes de la boda de la princesa Alya y el príncipe Christopher de Damaris"

— Bueno, al menos salimos bien — dijo él.

Se nos mostraba a ambos poniéndonos los anillos mientras la mujer seguía hablando en voz de fondo: "la ceremonia duró 50 minutos donde a la princesa y el príncipe se les veía muy enamorados. Al terminar se fueron en la carroza arriada por los majestuosos caballos reales y finalmente llegaron a la recepción en el palacio de Alhena, se dice que en este momento están de camino a su luna de miel, el destino lo han mantenido en secreto, pero se rumorea que viajarán a una isla privada en el caribe para celebrar su matrimonio"

— Si tan solo supiera... — dije tomando de nuevo la taza para darle el último sorbo — ¿de donde sacaron lo de la isla privada?

— Bueno, al menos dice que se nos ve enamorados.

— Mis padres deben estar felices.

— No lo dudes... — yo seguí cambiando de canales mientras él entró al vestidor — ¡Que carajos! Esto es enorme — dijo desde adentro.

Me detuve en un canal donde daban un documental sobre mariposas y me quedé mirando una oruga hacer su crisálida cuando Christopher  asomó la cabeza

— Alya, estaba buscando mis pijamas y encontré esto... se que no es mío, ¿pero qué es? — sostenía en sus manos unos cubre pezones de silicona, no me dio tiempo de reaccionar cuando los puso en sus ojos.

— Christopher, déjalos donde estaban — le dije mientras intentaba decidirme entre reírme o sonrojarme.

— Sí, ¿pero que son? ¿Para poner mascarilla en la cara?

— ¿En serio quieres saber? Te vas a ver muy tonto cuando lo descubras

— A ver, dime.

— Se les llama cubre pezones y sí, es para lo que te imaginas, me los quité hace un rato — ahí sí me sonrojé y él también.

— ¿En serio?

— Sí, es para cubrirte cuando un no puedes usar sostén con una prenda.

— Juro que jamás los había visto en mi vida y si que me veo ahora como un tonto — lo dijo, pero seguía apretándolos como si fueran un juguete relajante.

— Deja de jugar con ellos, déjalos allá.

— Es que son muy suaves, pero esta bien, perdona — esta última palabra la dijo desde adentro y a los 3 segundos gritó — ¡las encontré!

Luego no salió por un largo rato, supuse que al igual que yo se daba un baño, pero yo estaba tan concentrada con el documental de mariposas que me quedé dormida y literalmente no supe nada más hasta el día siguiente.

Luego no salió por un largo rato, supuse que al igual que yo se daba un baño, pero yo estaba tan concentrada con el documental de mariposas que me quedé dormida y literalmente no supe nada más hasta el día siguiente

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The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora