— No me digas que nunca viste "El grinch" — espetó mientras daba el último bocado del papardelle a la carbonara que había preparado.— Si es inadecuada seguro no la vi, mis padres eran estrictos con esas cosas — tomé un poco de agua pasando también mi último bocado.
Christopher había pasado la última hora cocinando pasta y rollos de berenjena con jamón mientras yo lo observaba sentada en una de las banquetas de la isla. Me sorprendí gratamente, no solo por su habilidad incluso para cortar si no porque cocinaba realmente delicioso, tenía un estilo diferente al de los cocineros del palacio y fue un deleite para mi paladar.
Cenamos en la mesa de comedor que estaba diseñada para 8 personas mientras hablábamos de películas, tendría la garganta rota de hablar si no fuera por mis días anteriores de puro silencio.
— No es inadecuada, tenemos que verla, ¿estas cansada?
— Siento que hice ejercicio, pero estoy bien.
— Eso es perfecto porque mañana es tu segunda clase y tenemos que ver una película en este momento — se puso de pie y recogió la mesa.
Tenía planeado hacerlo yo, pero no me dejó ni mencionarlo. Dejó todo en el lavavajillas y antes de ir a la habitación propuse ir al sótano ya que nunca habíamos bajado y grave error, aquel sitio era increíble para perder la noción del tiempo. Tenía varias máquinas de juegos Arcade en fila en una de las paredes, un gran sillón en forma de L en la otra, una mesa de billar en medio, un futbolín, una mesa con un tablero de ajedrez y dos sillas a cada lado.
Christopher se puso a buscar el interruptor para las máquinas de Arcade mientras yo me fijaba en una mesa miniatura en una esquina, tenía un par de muñecas de porcelana en las sillas y un juego de té pequeños, la reconocí de inmediato, aquella madera blanca y fina en la que solíamos pasar las tardes enteras jugando mi hermana y yo hasta que ya no entramos en las sillas.
¿Que hacía ahí? Yo la daba por muerta.
Me senté en la alfombra para detallar la vajilla, también era la misma, incluso estaba la taza sin oreja porque Thebe la había dejado caer, le llamábamos Chip, por el personaje de la bella y la bestia. Bajo la tetera vi un papel doblado a la mitad y sin dudarlo lo tomé.
"Ustedes eran tan felices jugando en esta mesa que jamás pude deshacerme de ella, pensé qué tal vez en el futuro mis nietos podrían ser tan felices como ustedes y la hice hice llegar tan pronto como pude a tu nuevo hogar. Es mi regalo de bodas y no quiero que sientas presión por llenarla de niños, tan solo supuse que te haría mucha ilusión tenerla.
Con amor, mamá"La carta hecha a mano con la delicada caligrafía de la reina, hizo que no pudiese evitar sentir nostalgia.
— ¿Todo bien? — Christopher se acercó y se agachó junto a mi, yo le mostré la carta, la leyó en un minuto — ¿Era tuya?
— Y de mi hermana, ¿puedes creer que un tiempo fui tan pequeña como para entrar en esta mesa?
— Te imagino, con un vestido amarillo o de algún color chillon, tal vez con el cabello despeinado y las rodillas llenas de tierra.
— No pudiste haberme descrito mejor, mis padres no fueron tan estrictos conmigo como lo habían sido con Thebe, y con eso no me refiero a que no tuviera reglas porque si tenía un montón, pero al menos tenía permitido volverme un desastre jugando sin que implicara un discurso de etiqueta.
— ¿Crees que tus padres hicieron lo correcto? Digo, con eso de ser muy estrictos con tu hermana y ahora contigo.
— No lo sé, ellos fueron criados igual y además no debían criar sólo personas de bien, tenían la responsabilidad de criar una persona que en el futuro tendría a su cargo un país entero. Pienso que definitivamente hay muchas cosas que no haré con mis hijos como ellos lo hicieron con nosotros, pero también soy consiente de las cosas que debo exigir como madre de un futuro rey o reina.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...