Capítulo 48

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Cuando ya la mayoría estaban comiendo me serví mi plato y me senté a comer junto a mis padres, mi abuela y mi hermano, luego invité a Marlene a sentarse con nosotros y no tuvo problema.

— ¿No crees que tú primo es súper guapo? — susurró mientras cubría su boca con la servilleta de tela.

Yo la miré aterrada.

— Es mi primo-hermano, Mar — le respondí con disgusto en voz baja.

Si no fuese por la conversación tranquila que llevaban mi padre y mi abuela seguro me habrían reñido.

— Bueno, igual así si me interesa hacer parte de la realeza.

Me sacó una sonrisa que no pude disimular, procedía a llevar un trozo de brócoli a mi boca cuando ella habló de nuevo.

— Apostaría mi cabello a que tu tía engaña a su esposo.

La miré de nuevo incrédula mientras masticaba mi brócoli.

— ¿Qué?

— No la juzgo, su esposo es... bueno, se nota que usa peluca — ella hablaba en voz baja y yo le entendía perfectamente, sabía disimular bien.

— Viéndolo desde esta perspectiva tal vez sí, ¿pero a que viene eso?

— Nada, estoy analizando a tu familia, hace mucho tiempo no los veía.

La mayoría de mi familia vivía en Cordelia o en otra ciudad, no éramos una gran familia unida, tan solo nos veíamos para eventos especiales como este, yo nunca tuve un afecto verdadero por alguno de ellos, a pesar de ser parte de la realeza mis primos iban a la escuela, tenían celulares, iban de fiesta y a veces también  se les iba la mano por lo que nuestro apellido encabezaba algunos escándalos por culpa de ellos, de todas formas sus vidas siempre fueron más normales que las nuestras.

Mi padre tenía 4 hermanos y la mayoría renunció a la posibilidad de heredar al trono a temprana edad, supongo que sabían desde un inicio que querían una vida diferente y por eso se alejaron de la corona, por lo tanto solo quedaba en nosotros, Marlene sabía eso, por eso se tomó tantas libertades en referirse a ellos.

Iba a confirmarle que el esposo de mi tía estaba calvo cuando el hermano de Christopher, Daniel llegó muy tranquilo al lugar, se dirigió directamente a la mesa donde estaba su madre y le dijo algo en voz baja, ella negó con desaprobación y luego se sentó junto a su esposa. La madre de Christopher le susurró algo a su marido y él se vio más bien molesto.

¿Qué estaba pasando?

— Regreso en un momento, permiso — me puse de pie y caminé hacia adentro sin esperar respuesta.

Busqué a Christopher por todas partes, desde la biblioteca hasta la sala de música, su habitación, los salones principales, los salones secundarios, estuve caminando de un lado a otro por al menos 15 minutos y él no estaba. Realmente recorrer el palacio entero podría tomarme al menos 2 horas, así que empece a descartar opciones obvias y terminé encontrándolo en nuestra pequeña terraza.

— Christopher — le llamé, él que me daba la espalda, se giro de golpe y me acerqué — ¿estas bien?

— Alya — dijo mi nombre en tono confortante, contradecía sus acciones.

No parecía estar enojado o sentirse de alguna forma en específico, tan solo era él y eso era peor.

— Sabes que es lo que está pasando en el jardín, ¿no?

— Lo sé.

— ¿Y qué haces aquí entonces?

— Necesitaba estar a solas.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora