Los días que nos quedaron la pasamos muy bien, fuimos a la playa un par de veces, pero en mayoría solo estuvimos en casa e hicimos de todo un poco, desde nadar en la piscina hasta cantar karaoke. Amaba despertar cada mañana y encontrar a mi hermana en la cocina haciendo café y poder darle el desayuno a Mattie y Maggie cuyas caritas de recién levantados no podían ser más tiernas.
El tiempo se fue volando y cada vez se sentía más difícil pensar en tener que decir adiós, aún así, cada segundo había valido la pena.
Dos dias antes de separarnos me senté junto a Thebe mientras ella leía un libro en una manta bajo un árbol en medio del jardín mientras se veía después del mar, el atardecer. Me senté a su lado recostando mi espalda en el mismo árbol que ella con una taza de té en la mano, yo acababa de despertar de una larga siesta pues nos habíamos despertado muy temprano para ver el amanecer desde la cima de un volcán, fue una extensa caminata con los niños en los cargadores, los rotábamos entre los 4 y aún así terminamos agotados.
— Por fin despertaste — mencionó cerrando su libro, yo me fijé en Christopher que a un par de metros señalaba el mar con Maggie en brazos.
Sabia que tenía experiencia por sus sobrinos y era muy paternal con los niños, no me sorprendió, Christopher solía agradarle a todo el mundo, era algo muy suyo. Eso no quitaba el hecho de que adoraba verlo convivir con los niños.
— ¿Cuándo vamos a hablar de Christopher? Hay una tensión muy fuerte entre ustedes ¿es así siempre? — preguntó ella sacándome de mi trance, yo le di un trago a mi té.
— No, es todo lo contrario, siempre ha sido muy fácil, solo que ahora mismo intento mantenerme al margen de su maravillosa presencia.
— ¿Todo bien? Yo sé que la vida de una pareja de casados es difícil, pero te prometo que mejora, los hará crecer a ambos un montón.
— Eso es lo raro, nuestra vida de casados en cambio ha sido increíble, solo que... — miraba los dedos sobre la porcelana cálida de la taza cuestionándome si decirlo o no — necesito alejarme un poco — decidí no hacerlo.
— Lo entiendo, pero hablar es importante y Christopher es alguien con quien se puede hablar, así que sea lo que sea, considera una charla.
— Lo haré, solo que ahora mismo la única cosa en la que puedo pensar es en que no sé como haré para despedirme de ustedes.
— No lo digas como si no nos fuéramos a ver nunca. Siempre hay una forma y la encontraremos, ¿esta bien?
— Lo sé, pero como te dije antes, mi padre está peor que nunca y tengo una cantidad absurda de ocupaciones al volver.
— Da igual, para vernos lo único que falta es voluntad y aquí sobra.
Di un sorbo a mi té y recosté mi cabeza en su hombro.
Se me hacía un nudo en la garganta solo pensar en despedirnos.
— Te amo, Thebe
Puso su mano en mi mejilla.
— Yo te amo más, Aly, sabes que mientras yo esté viva tu vas a tener siempre a alguien que te ama con su vida, sobretodo cuando te sientas sola.
— Gracias, tú también me tienes a mi.
— Lo sé.
Nos quedamos un par de minutos en silencio disfrutando del atardecer cuando Christopher se acercó con Maggie.
Mattie estaba en la cocina con su madre, los había visto mientras preparaba mi té minutos atrás.
— Parece que no, pero pesa, me he cansado el brazo — dijo él sentándose en el borde de la manta con la bebé en su regazo, yo no pude evitar sonreír.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...