Cuando desperté me encontré con los ojos de Christopher mirándome fijamente, me sostenía en su regazo.
— Al... ¿me escuchas? ¿estás bien? — preguntó tocando mi mejilla.
— Duele mucho... — sollocé casi inaudible.
— Lo sé, lo sé, lo siento. Ya he puesto los vendajes y por ahora se detuvo el sangrado, estarás bien, no te preocupes.
Me sentía como si estuviese a punto de dormirme de nuevo, como si mi cuerpo le perteneciera a alguien más, la sola idea de querer mover mi brazo me resultaba agotadora.
— Estoy muy débil... — le dije en un susurro.
— Es normal, perdiste mucha sangre, pero porfa intenta estar despierta, ¿vale? Quédate conmigo, Al — con su pulgar limpió mis mejillas.
— ¿Voy a morir, Christopher? — pregunté.
Mi pregunta iba más en serio de lo que puedo recordar, pensé que moriria desangrada en aquel sitio, con Christopher sosteniendome en sus brazos como si su vida dependiera de ello. Jamás me habia sentido de tal forma, por lo que pensar que aquello podria aproximarse a la muerte no era una idea tan loca
Tiempo después me daria cuenta que la verdadera sensación de estar a punto de morir, no tenia nada que ver con el dolor fisico.
— No, Alya, primero moriré yo intentando salvarte.
Hasta ese momento, aquellas palabras eran lo más lindo que habia salido de la boca de Christopher, y lo más impactante ni siquiera era que lo hubiera dicho, lo más impactante es que lo decia en serio, no tuvo que demostrarlo, lo supe al instante y mi pregunta anterior se desvanecio en el aire.
Christopher me ofreció agua y una pastilla para el dolor bastante fuerte, que ayudo mucho, pero no lo detenía del todo, me hizo efecto en lo que comprobabamos que su vendaje hubiese funcionado y hubiese detenido la hemorragia.
— ¿Funcionó? — le pregunté mientras el miraba mi pierna con detenimiento.
Me fije en sus expresiones, frunciá sus cejas levemente y se mantuvo asi un par de segundos hasta que su semblante entero se relajó y suspiro con alivio.
— Funciono perfectamente, Al. Aunque es mejor que no uses la pierna para nada en absoluto, creo que un mínimo esfuerzo puede arruinarlo.
— No lo haré, no te preocupes — dije para tranquilizarlo, aunque estaba segura de que en la minima oportunidad me iria corriendo a buscar a mi familia.
— Vale, ¿quieres recostarte en la litera? — la señaló a sus espaldas.
Me sentia muy muy debil y agotada, no me sentia lo suficientemente capaz si quiera de levantar mi torso para que Christopher me llevase, pero ya no podia soportar el frio del suelo y los restos de sangre a mi alrededor.
— Sí, tengo mucho frio — musité — pero ayudame primero a quitarme el pantalón, no quiero tener nada más con sangre encima.
Christopher miró el pantalón y luego a mi un poco aterrado.
— No creo que sea conveniente quitarlo ahora, podria lastimarte, además tendrias que levantarte mientras lo quito y eso cuenta como esfuerzo.
— No quiero tener esto más encima, Christopher... — le supliqué.
Empezaba a sentir ansiedad, el simple hecho de sentir la tela pegada a mi piel debido a la humedad de la sangre era increiblemente aterrador, sin contar con el olor a hierro que emanaba. Aquel olor a hierro y miedo se quedó grabado en mi memoria.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...