Capítulo 8

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Abrí los ojos lentamente, me costó un poco ubicarme, y un par de segundos más en ubicar las circunstancias, lo primero que logré enfocar fue a Valeria, de pie frente a mi con su mano en mi mejilla.

— ¿Qué pasó? — pregunté confundida, me sentía como si hubiese dormido días.

— Se acabó todo, hay que salir de aquí — me avisó.

Por un momento no me lo creí, le iba a pedir que repitiera sus palabras, pero vi la puerta del refugio abierta y habían un par de mucamas conversando con mi madre.

No quedaba nadie más.

— ¿Cuánto pasó? — me levanté del sillón con mucha pereza, casi nunca tenía pereza al despertar.

— Casi ocho horas — respondió tranquilamente mientras peinaba un poco mi cabello.

— ¿Cómo? ¿dormí tanto?

— Dormiste como una princesa —sonrió — tu madre dijo que no querían despertarte, Kale recién se despertó también y ya subió en busca de Sally.

— ¿Cómo está todo, Val? ¿Cómo estas tú? — la barrí con la mirada buscando algún indicio de posible daño.

Iba muy casual, con jean, una camisa estampada celeste, zapatos deportivos y una cola de caballo.

— Estamos bien, los empleados también, yo vine en cuanto pude.

— ¿Sabes qué pasó? ¿cómo acabaron las cosas? No puede ser... ¡¿por qué no me despertaron?! — me sentí ofendida, se suponía que debía estar ayudando a mi padre.

— Al parecer los atacantes huyeron, se intimidaron por el ejército. Hubieron 15 heridos y 3 bajas por parte de los guardia, no hubieron mayores daños adentro del palacio, pero el jardín es un desastre total, la fachada también, habrá mucho por hacer estos días, además, hay prensa rodeando la zona, quieren respuestas sobre el ataque.

— Respuestas que no tenemos, ¿verdad?

Ella se limitó a asentir.

— Bien — suspiré — debo cambiarme e ir con mi padre — le anuncié.

Tomé camino a la salida, no sin antes saludar a mi madre.

Nada más  llegar a la planta principal se podía notar el caos, habían personas yendo de un lado a otro, algunos aun traían sus pijamas puestas, otros limpiaban, llevaban botiquines, escombros.

Por un momento me sentí completamente aterrada, nunca vi tanto caos y eso que con los eventos ya hay bastante.

Siendo ignorada por todos, caminé junto con Val a mi habitación, apenas si habían algunas ventanas rotas, pero no alcanzaron a hacer mucho daño ya que todo se cerró pronto.

Pensaba que no podía sorprenderme más hasta que abrí la puerta de mi habitación, y entonces todo por un momento perdió completamente sentido.

— Oh por Dios, Alya. Estuvieron aquí — musitó Val aterrada, yo lo estaba igual.

Sorprendentemente lo único fuera de lugar en la habitación eran las ventanas, estaban completamente rotas y habían cristales por todo el suelo, incluso algunos sobre la cama, como si la hubieran roto con una explosión o algo muy grande.

Sobre la cama tan desecha como la deje al salir corriendo había una nota del tamaño de mi mano, escrita en un papel marrón fino.

— ¿Entraron a todas las habitaciones? — pregunté mientras me acercaba a la cama por el sobre.

— No han reportado nada al respecto, de hecho están haciendo una revisión completa del palacio. Si hubiesen visto la habitación, no nos habrían dejado pasar. Cuidado, cariño. — dijo esto último por el crujir de los cristales bajo mis finas sandalias.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora