En el próximo mes había puesto el vestido de novia 5 veces más y apenas iba tomando forma.Tuve otras dos citas con Christopher; en una de ellas tomamos el té en el salón y conversamos de historia por una hora, estando en desacuerdo la mayoría de cosas. Luego hizo un mal chiste sobre tener un Harén y de nuevo, quise matarlo. La siguiente cita tan solo vimos una película en el pequeño cine del palacio, esa fue mi favorita porque no hablamos y tampoco tuve que mirarlo porque estábamos a cinco sillas de diferencia.
No hemos salido hace dos semanas porque por fortuna, se ven interrumpidos nuestros planes con más trabajo y hablando de trabajo, avanzo rápido con en el castillo, tuve varias citas con personas que quiero incluir en el proyecto, muchas de ellas sugeridas por Ben, fue un éxito.
Viajé a Italia con mi padre dos veces para asambleas con el rey y luego a Dinamarca con mis padres y Kale para la celebración del cumpleaños #16 del príncipe de allí. Christopher también iba a ir, pero tuvo que ir a visitar a su familia.
Empecé a cabalgar de nuevo por lo menos una hora al día, cosa que me ayudan mucho a relajarme y sentirme yo por un momento. A veces lo hacía con Kale, también lo disfrutaba ya que no podíamos pasar mucho más tiempo juntos, cuanto me habría gustado reemplazar las citas con Christopher por citas con mi hermano, pero tenia claro que era necesario.
También escogimos fecha para la boda, sería en tres meses. Cada día qué pasaba, se me hacia más y más complicado asumirlo, el único logro era que Christopher y yo pudimos tomar decisiones importantes sobre algunos detalles de la celebración y no fue difícil ponernos de acuerdo.
Pero bueno, no todo fue tan bueno, pues hace dos semanas apareció una nota sobre el escritorio de mi despacho, la ventana estaba rota y nadie se enteró de nada. La nota pedía que se revocara una vieja ley sobre unos requerimientos turísticos, una ley que ya no era muy relevante, pero mi padre se había negado rotundamente a hacerlo, incluso con la amenaza en la nota sobre el ágil acceso que tenían al palacio y su interés particular por mi. Las únicas medidas que se tomaron fue un aumento de seguridad, (sobretodo por mi parte) y por órdenes del rey, se hizo caso omiso a la nota. Dijo que sólo tomaría una amenaza en serio si alguien tenía el valor de decírselo mirándolo a los ojos.
Y para finalizar una de las cosas más estresantes para mi en todo el mes: regresó de repente mi abuela. Así es, tenía una hermosa abuela. Bueno, en realidad tenía dos, pero la madre de mi madre murió cuando tenía 4 años.
Mi abuela, que en algún momento de su vida fue reina consorte, vivía como viuda en una mansión en las montañas, ella misma decidió irse del palacio en cuanto mi padre heredó y alejarse de la realeza casi por completo, dijo que estaba cansada de los títulos y solo la veíamos verla en navidad y en eventos de gran importancia, entre esos se incluye el funeral de Thebe y lo que sería en tres meses, mi boda.
Ella regresó de la nada por lo ocurrido en el palacio últimamente y prometió quedarse un buen tiempo hasta que todo esté en orden de nuevo, vaya lastima... He de admitir que aunque adoraba a mi abuela, era una de las personas por las que más presionada me sentía, ella era capaz de hacerme dudar mi existencia tan solo con una mirada, y eso era demasiado para mi.
Entre malas y buenas cosas, tenía que desatacar una de las que más me habían impactado en este tiempo y tenía nombre propio: Benjamin Williams.
Trabajamos de la mano bastante, se tomaba en serio el proyecto del castillo, tanto como yo y su aporte era impecable, además, con tantas horas sentados uno junto al otro, (incluso muchas más que Christopher) logré comprobar que de hecho si era una persona genuina en su increíble forma de ser, me hacia reír un montón, algo nuevo para mi, y a veces hablábamos, aunque fuese a niveles superficiales, sin restarle importancia. Disfrutaba de su compañía y me empezaba a encontrar algunas veces esperando la hora de verle, tan solo para salirme de lo que debía pretender por un rato.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...