Capítulo 27

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— ¡Oye! — escuché una voz tras de mi y por impulso lancé un puñetazo a la fuente de sonido, me arrepentí de inmediato.

Benjamin se acariciaba el brazo con una mueca, yo maldije en mi mente por el dolor que causó en mis nudillos.

— Perdón... quería sorprenderte — se excusó poniéndose de pie frente a mi.

Un día después de que llegase al palacio del hospital, su hermana enfermó y tuvo que tomarse un tiempo para cuidarla, no lo veía hace mucho, y no tuvimos oportunidad de hablar después de lo ocurrido.

Mi molestia se desvaneció y sentí una profunda alegría al verle.

— No importa. ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu hermana?

— Bien, todo bien, regresé hoy a mis labores, me dijo Kale que el cuidador suplente no le agradó mucho a Sally.

— Es una buena forma de decir que te extrañó, yo también te extrañé — dije sin reparos.

¿Por qué hacía cosas de las que me arrepentía al instante?

Él me miro con una sonrisa, me dio vergüenza, empezaba a sonrojarme.

— Me preocupé mucho cuando vi que te sacaban inconsciente hacia el hospital el día del ataque, no me dejaron visitarte.

— Lo sé, estaban las visitas limitadas, pero me llevó Val tu mensaje, gracias por preocuparte.

Sonreí, aunque empezaba a molestarme tener que hablarle desde la silla, levantando mi cabeza de una forma inhumana para hacer contacto visual.

— Siéntate, por favor... — le señale la silla a un costado, él la acomodo frente a mi y se sentó.

— Venía a buscarte y te vi con Christopher, no quise interrumpir, supe que se va.

Aclaré mi garganta, ¿qué tanto vio?

— Sí..., así es, se va a Damaris un tiempo.

Asintió clavando sus mirada en mis ojos, se veía confundido, pero lo cortó segundos después.

— ¿Y cómo estás? Te vi en la tele con mi madre, te veías bien.

Me quede en silencio, era la primera vez que mencionaba cosas de mi físico. No me molestaba, de hecho, fue el efecto contrario.

— ¿Estas bien? — preguntó segundos después, yo desperté de mi trance y sonreí.

— Sí, estoy bien. Bueno, en una silla de ruedas.

— ¿No puedes caminar nada? — negué.

— Fue una herida grave, hay cosas que no mencioné en el discurso, como que si no hubiese sido por Christopher, probablemente habría muerto desangrada.

Hizo una mueca.

— Es una forma cruda de decirlo.

— Es la verdad, la pasé muy mal, Ben, creo que está es una de las cosas que me marcaran de por vida.

— ¿Sufriste mucho?

— Fue horrible, no se lo deseo a nadie, te lo juro. En el momento estaba en shock, Christopher fue quien sabía primeros auxilios y supo detener el sangrado, pero la incertidumbre de estar allí adentro sin saber nada de lo que estaba pasando afuera, mi familia... es una agonía. Y ahora esto, la recuperación es una mierda y no poder trabajar es aun peor.

Me sentía como estúpida quejándome de cosas cómo está cuando seguro habían peores en el mundo, pero era lo que me quedaba.

Él simplemente extendió su mano y tomó la mía con ternura.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora