Capítulo 38

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— Alya, hija... ¿me necesitabas? — preguntó mamá al otro lado de la puerta.

— ¡Voy! — grité y miré a mi hermana dándole la última oportunidad de arrepentirse, pero no lo hizo, en cambio se vio emocionada —. Espera aquí, que no te vea aún, por si acaso — le advertí antes de caminar hacia la puerta.

Al abrir me encontré con la peor versión que jamás había visto de la reina, estaba maltratada por la larga jornada de trabajo, aún llevaba su ropa sucia, ya no llevaba el sombrero, pero tenia su cabello despeinado y sus mejillas estaban rojas.

— Mamá.

— Me dijeron que me necesitabas, ¿estas bien, cielo? — me barrió con la mirada y su cara preocupada.

— Estoy bien, pero ha pasado algo muy importante y es muy probable que te vaya a impactar, así que antes de decirte, debo asegurarme de que estás bien con eso.

No tenia ni idea de lo que le estaba diciendo, tampoco estaba segura de que me había entendido, pero yo estaba nerviosa y no quería que sufriera algún ataque por la sorpresa.

— Me estás asustando, Alya. ¿Qué pasó? ¿Hubo otro ataque?

— No, no es eso, es que...

— ¿Mamá? — Thebe me interrumpió a mis espaldas.

Mi madre llevo con desesperación la mirada hacia el origen de aquella voz y cubrió su boca con sorpresa.

— No puede ser... — musitó dando un par de pasos hacia adentro con los ojos llorosos, yo cerré la puerta — ¿Thebe?

— Sí, soy yo, mamá — dijo mi hermana acercándose hacia ella con las mejillas húmedas.

Mi madre la miró un par de segundos más y cuando pensé que todo podía salir mal, se lanzó a abrazarla.

— Eres tú, hija... — dijo entre lágrimas — es mi hija, mi bebé.

Jamás en mi vida había visto a mi madre llorar de aquella forma, su debilidad éramos nosotros y ahí me di cuenta que sabía ocultar muy bien el dolor de la partida de Thebe, y que probablemente no hablaba de ella para no echarse a llorar en el momento.

— Perdóname, de verdad perdóname, por favor — le suplicó la reina — debí haber hecho más por ti, debí haber evitado que Arche te hiciera daño, pero no puedo contra él.

— No no no, mamá, espera — Thebe separó su abrazo e hizo contacto visual —. No tienes que pedir perdón, no tengo nada que perdonarte, sé que hiciste todo lo que pudiste por mi, sé que enfrentaste a Arche, igual no importa, de verdad mi lugar no era en el palacio, soy más feliz ahora — le mostró una sonrisa honesta y limpio las lagrimas de las mejillas de nuestra madre con ternura.

Ella tomó el rostro de mi hermana entre sus manos y después de admirarla en silencio, le dijo probablemente lo único que necesitaba mi hermana para ser libre de verdad.

— Todo este tiempo he pensado en que cuando te fuiste no pude decirte lo mucho que te amo, Thebe. No alcancé a decirte que te amo de todas las formas posibles,  y que a pesar de lo que diga el rey, la sociedad, el mundo entero, yo soy tu madre y te apoyo en todo lo que quieras ser en tu vida.

Esta vez Thebe se derrumbó en sus brazos y se dejó caer sobre su pecho como si fuese una pequeña niña que ha tenido una pesadilla y necesita el consuelo de su madre.

— Soy mamá — le dijo minutos después.

— ¿Soy abuela?

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora