Capítulo 64

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— ¿Cómo le hubiésemos llamado? — le pregunté a Christopher mientras veía por la ventana a nuestro jardín.

— ¿De que hablas, cariño? — preguntó acercándose por mi espalda y besando mi hombro.

Era muy temprano en la mañana y debíamos empezar a arreglarnos para ir al palacio.

— De nuestro bebé, hoy son tres meses — le dije mencionando el tema por primera vez en semanas.

Aunque lo pensaba todos los días, solo solía mencionarlo con mi terapeuta y ocasionalmente con Christopher quien sentía que era la única persona que me entendía, pues él y yo habíamos perdido a nuestro posible hijo.

— Jummm, nunca he pensado nombres de bebés, pero me gustan los nombres únicos.

— A mi también — di media vuelta y le abracé recostando mi cabeza en su hombro.

Él era mi lugar seguro.

— ¿Lista para empezar un nuevo día? — preguntó dejando un beso en mi mejilla.

— Iré a visitar a Thebe y me llevaré a Kale — le avisé contándole el plan que me había desvelado la noche anterior.

— Perfecto, ¿cuando nos vamos?

Me separé ligeramente y le miré buscando alguna pista de sarcasmo o ironía en su mirada, pero en cambio se veía tan tranquilo como siempre.

Ni siquiera se tomó la molestia de cuestionarme, él solo confiaba en mi y me apoyaba.

— Hoy.

— Estaré listo cuando me digas — sonrió.

Nos quedamos en silencio un par de segundos contemplándonos con la mirada y me surgió otra duda.

— ¿Cómo es que me puede doler tanto perder algo que nunca tuve realmente? ¿Algo tan pequeñito como una arveja?

— Probablemente porque ese algo era parte de ti, de ambos... ese algo pudo convertirse en nuestro hijo. Y los diamantes también son tan pequeñitos como un arroz y tienen mucho valor así que eso no cuenta.

— Creo que ya no querré embarazarme hasta que cumpla 30.

— Yo siento que no puedo opinar mucho aquí porque se trata de tu cuerpo, pero ten seguro que cuando estés lista yo también lo estaré.

Acaricié su rostro con las yemas de mis dedos mientras pensaba en expresar algo que sentía ya hace un tiempo.

— Eres lo mejor que le pudo haber pasado a mi vida.

— Tú eres el sentido de la mia.

No éramos mucho de expresarnos hablando si no con actos, así que cuando escuchaba sus palabras sentía caer una vez más al vacío.

— Te amo — solté por primera vez sin siquiera pensarlo.

— Te amo — respondió antes de besar mis labios con ternura.

¿Por qué cuando estamos más vulnerables es mas fácil expresar lo que sentimos?

Terminamos revelando secretos de lo profundo de nuestra alma.

Tal vez se deba a que ya no importa el rechazo o quien sabe.  Lo que puedo asegurar es que era precioso tener a alguien con quien sentirse una mierda y que te haga sentir menos mierda.

Al llegar al palacio fui al despacho del rey y me dirigí a él directamente por primera vez desde aquel día.

— No estoy pidiendo permiso, te estoy avisando que iré con Kale a visitar a Thebe esta semana— le dije en tono seguro — y si mamá quiere ir, me iré con ella también.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora