En toda mi vida hasta ese momento, solo había entrado a aquel refugio dos veces, una de ellas fue por un simulacro, la segunda fue 3 años atrás por tornado que resultó ser una falsa alarma.
Nunca habían atacado directamente al palacio, nunca nadie había podido saltarse la seguridad hasta lograr quebrar ventanas.
La verdadera pregunta era ¿quiénes son y que quieren? pero aquello es imposible saberlo, no mientras estuviésemos allí.
Al entrar fui directamente hacia mi padre, que caminaba de pared a pared sosteniendo un walkie-talkie. Al igual que todos, vestía su pijama, era muy raro verlo en su ropa de cama, se veía mucho más como él padre promedio que muestran las películas, con su conjunto de mangas largo de rayas azules y blancas.
— ¡Padre!
Él se detuvo y me barrió con la mirada.
— ¿Estas bien? — preguntó con el ceño fruncido.
— Sí ¿Qué está pasando?
Se quedó un par de segundos en silencio, su mirada me respondió: No lo sabia.
Era la primera vez que no encontraba a una respuesta así sea sarcástica de su parte.
— De la nada escuchamos un escándalo, intentaron entrar por la puerta de la servidumbre — explicó.
— ¿Están allí todos bien?
— Sí, están en el refugio. No pudieron entrar, se activó el protocolo jaula.
Nunca se había tenido que activar aquel recurso, nunca se habían tenido que desplegar las persianas de hierro en las puertas y ventanas, todo estaba fuera de control.
— ¿Qué? ¿cómo es posible? ¿cómo es que lograron saltarse toda la seguridad?
— No lo sé, Al. Los guardias dicen que lucen como civiles, no están bien armados, pero son muchos y dan guerra. He dado orden de abrir fuego, no correré ningún tipo de riesgo mientras mi familia esté aquí.
Asentí tan solo tratando de darle cabida a la imagen de los guardias del palacio en pleno combate en el jardín, ¡en el jardín! Donde tomaba el té a diario, donde mi hermano corría con su mascota.
— ¿No están atacando la ciudad?
Por suerte, negó con la cabeza.
— Sea lo que sea, es directamente contra nosotros.
— ¿Hay algo que pueda hacer? — pregunté, no quería sentirme inútil.
— No por ahora — asentí pensativa, estaría muy inquieta si no podía hacer nada — me alegro de que estés bien, se tardaron en traerte — cambió el tema.
— Casi muero del susto.
— Deberías ir con tú madre y Kale, están muy nerviosos.
Asentí y me dirigí a mi madre y mi hermano en el otro extremo de la habitación.
Aquel refugio era relativamente grande, se encontraba un par de metros bajo tierra y sus entradas aparte de ser cautelosamente secretas estaban protegidas, aunque sus paredes estuviesen blindadas, por dentro hacia lo posible por lucir acogedor y reflejar tranquilidad, la decoración era parecida a la del salón principal por lo que lucía familiar, esto se hizo con intención, por si se tuviese que pasar algún tiempo allí. Solo que aquel falso salón, se encerraba en un par de metros cuadrados un par de literas, un par de sillones, un comedor de apenas seis puestos, un gran armario con diferentes recursos y un minúsculo cuarto de baño que podría ser lo más lujoso a comparación de los otros refugios, ya que este era exclusivo para la familia real, así que el hecho de que Christopher estuviese aquí me llamaba la atención, según tenía entendido, en caso de emergencia, cualquier invitado que hubiese en el palacio debería ir a su propio refugio, habían muchísimos más.
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The crown in between
Novela JuvenilEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...