Capítulo 33

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— No estoy de acuerdo con que se retrase la inauguración, no es necesaria mi presencia, padre — me encontraba en la oficina del rey suplicándole.

Me acababa de enterar gracias a que lo escuché conversando con su asistente, que no quería hacer la inauguración del castillo ya que yo no podía asistir.

— Alya, es tu proyecto y el de Christopher, es innegociable que ambos estén allí en la inauguración.

— ¿Por qué? ¿Por ganarnos un aplauso como pareja del año?

— Si, así es — contestó sin reparos.

— Para mi es más importante que la fundación abra sus puertas y dar mérito al trabajo de todas las personas que han aportado en ello, además es indispensable que empiece a funcionar ya tenemos los voluntarios y las más de 200 personas pre-inscritas.

Él me lanzó una mirada fría.

Se encontraba de pie, sacando un par de libros de su librero y regresando otros, mientras yo le intentaba convencer desde mi silla de ruedas.

No podía sentirme más pequeña e intimidada.

— Debes entender que no todo podrá salir como quieres, Alya — me dijo con extrema calma —. Aplazaremos la inauguración hasta que Christopher esté de regreso y eso te da tiempo para estar en mejores condiciones

No quería ni podía discutir más, no iba a ganar nada.

— Al menos permíteme reunirme con el equipo para organizar todo de nuevo.

— Puedes hacerlo, pero no quiero que salgas del palacio por esa razón.

— No lo haré... no salgo del palacio de todas formas.

— Bien. Por cierto, he visto las opiniones del pueblo sobre la entrevista, ha sido realmente positivo, eso es un gran avance.

Una semana, eso se había tardado el capítulo en salir al aire, fue justo anoche, lo vi con Marlene, Valeria y Kale en la sala de cine, pero no vi nada sobre la opinión del público, no tenia ánimos.

— No he visto nada aún.

— Le haré llegar a Valeria algunas páginas de opinión, los principales encabezados en revistas y respuesta general en las redes sociales, quiero que lo revises, es importante que leas lo bueno y lo malo también, mantente informada, siempre.

— Lo sé... permiso — dije antes de irme.

Ahora tenía varias cosas pendientes, no me emocionaba revisar opiniones del pueblo sobre nuestras mentiras, pero si me emocionaba reunirme con el equipo de nuevo, al menos trabajar un poco, aún así, era pésima la noticia que tenía que darles, aplazar todo por mi culpa.

Ya estaba empezando a hartarme real y profundamente el hecho de no poder usar mis piernas como necesitaba, me sentía impotente, agotada, frustrada y aunque últimamente había tenido más días buenos que malos, los malos se tornaban aún más densos, sentía como si me hubieran atado una bola enorme de hierro a mis pies y la lanzaran al mar, luego estaba yo, intentando salir a la superficie con todas mis fuerzas sin sentido alguno.

No existía mejor descripción al respecto.

— ¡Alya! — Val gritó aliviada desde el otro lado del pasillo y corrió hasta mi encuentro, estaba agitada — por fin te encuentro, tengo noticias.

— De verdad no quiero saberlo, no me digas nada, mañana lo solucionaré, te lo prometo, pero hoy no puedo — le rogué.

— No te preocupes, son buenas noticias, ¿tomamos el té en el jardín?

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora