Capítulo 49

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Justo después fui a mi habitación a ponerme algo más cómodo y luego bajé al salón a esperar mi auto, ya quería irme a Capella y descansar cuantas horas pudiese.

Mis doncellas esperaban en el recibidor junto con Val, ella les daba indicaciones de sabe Dios que y yo miraba recostada en el marco de la ventana hacia el jardín delantero. Era un día lindo, despejado, para estar en pleno otoño Rhea nos ofrecía días buenos, empezaba a bajar la temperatura, pero no era nada comparado como las temperaturas en invierno, la nieve solía cubrir el país por completo y salir al jardín no parecía una posibilidad, por eso lo disfrutaba tanto como podía el resto del año.

Sentí su tacto en mi hombro y me giré esperando cualquier cosa de su parte, él me sostuvo la mirada en silencio un momento antes de hablar.

— No puedo permitir que te vayas de esta manera.

— ¿Como entonces? Si ahora estoy preocupada porque no aparezcas en la iglesia — dije en un hilo de voz.

— Allí estaré, no te preocupes.

— Bueno, ya no lo sé... Yo también tengo miedo, muchísimo, no dejo de pensar en todo lo malo que puede pasar, en que olvidemos algo, en que le pase algo al vestido o explote una bomba en mi silla, me estoy muriendo del susto, Christopher y tú eres la única persona que puede entender realmente cómo se siente y por eso sé que no te gustaría pasar por eso solo.

— Definitivamente, no — dijo al mismo tiempo que me ofreció su mano.

Estreché nuestros dedos y dos segundos después me di cuenta que le había dado mi mano por simple costumbre.

— ¿Ves? Tu me entregas tu mano sin siquiera cuestionarlo, y yo siempre estaré ahí para ofrecértela, también sé que en algunas ocasiones tú me la ofrecerás a mi y yo la tomaré. A lo que me refiero es que meses atrás habríamos creído imposible que al llegar a nuestra boda tuviésemos la relación que tenemos ahora, Al, yo prometí no dejarte sola y lo sostengo, no lo haré, lo qué pasó hoy realmente me sacó de mi mismo, me superó, pero llegué, un poco tarde, pero llegué. ¿Acaso no te he demostrado todo este tiempo lo mucho que te apoyo y te aprecio? — asentí conmovida, me estaba regresando la tranquilidad que él mismo me había arrebatado horas atrás —. Si pudiera me quedaría pegado a tu mano hasta mañana para asegurarte de que ahí estaré.

— Pero no puedes — le dije, él frunció los labios y asintió.

— Debes confiar en mi.

Respiré profundo y fruncí los hombros.

— Yo confío en ti — le dije con sinceridad.

— Y yo en ti — asentí y se acercó para estrecharme entre sus brazos —. Todo saldrá bien, saldrá perfecto.

— Perdón interrumpir, pero llegó el auto, Aly — informó Val asomándose.

— Sí, ya voy — le dije separando nuestro abrazo, ella desapareció y miré a Christopher— Hasta mañana entonces.

— Descansa, no puedes perderte nuestro primer baile — expresó con sarcasmo, yo sonreí, odiábamos mucho aquel baile — y casi olvido mencionar que ese vestido que usabas hace un rato es precioso, cediste un poco a tu gusto.

— Sí... gracias.

Me di la vuelta hacia el recibidor y me detuve al recordar algo, regresé hacia él mientras me miraba expectante y junté nuestro labios brevemente.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora