— ¿Estás lista? — preguntó Val por última vez.— Sí, eso creo — respondí sintiendo un nudo en mi estómago.
Iba a dar una declaración de prensa por primera vez en mi vida, mis padres nunca me habían permitido hablar en público, nada más allá de saludar a la cámara o responder algunas preguntas cuando te encuentras con prensa en los viajes de negocios y hoy, una semana después de llegar del hospital, yo misma propuse hacer una rueda de prensa.
Me di cuenta que la gente estaba especulando muchas cosas sobre mi estado de salud, mis padres se ofrecieron a enviar un reporte a la prensa, pero les pedí si podía hacerlo personalmente, ya que sería la única forma de que se apaciguaran las aguas de manera definitiva... o casi.
Mi madre se encargó de planearlo todo, sucedió allí mismo en el palacio, en uno de los salones de conferencia, tan solo se invitó prensa y no más de 20 cadenas distintas, todo para evitar que me agobiase de más debido ya qué aún ni siquiera podía caminar por mi cuenta y aunque pensaba en ello, mis doncellas me prometieron que me veía muy bien con mi vestido celeste con todo y la silla de ruedas.
Tomé una gran bocanada de aire antes de que uno de los mayordomos me llevase hasta el atril, de inmediato miles de flashes se dispararon hacia mi, yo solo pude mostrar mi mejor cara, ya estaba acostumbrada a ellos.
En el atril (que era más una pequeña mesa) se encontraba mi declaración, misma que había preparado antes junto a mi padre, misma a la que había hecho pequeñas modificaciones horas antes.
— Buenos días — saludé frente al micrófono — primero me gustaría agradecer a todos los presentes y a todos los ciudadanos que me escuchan ahora mismo, me dirijo hacia ustedes desde mi hogar, el palacio de Alhena en nuestra capital, Rhea . Seguro se preguntarán la razón por la que me encuentro en una silla de ruedas y es la misma por la que he decidido plantarme aquí hoy, para explicarles personalmente mi situación y asegurarles con gran gratitud que estaré bien.
Me detuve un corto momento a tomar aire, y sin quererlo me crucé con los ojos de Christopher en el fondo de la sala, no debería haber estado allí, si lo veían se le podrían lanzar encima con preguntas, pero todos estaban tan concentrados en lo que saldría de mi boca que nadie se dio cuenta, él me hizo un gesto de aprobación y antes de continuar, sonreí internamente.
— Como ya mi padre ha informado, hace casi un mes el palacio sufrió un ataque por parte de lo que creemos es un grupo rebelde, en él no solo fallecieron guardias y personas del servicio, si no que muchas otras resultaron heridas, yo fui una de ellas — tragué saliva y revisé el papel frente a mi revisando que estuviese siguiendo el orden —. Me encontraba paseando por los pasillos junto a mi prometido, Christopher, cuando fuimos atacados directamente por varias personas, mismas que superaban en cantidad los guardias a nuestro alrededor dejándonos completamente vulnerables, fue así como recibí una fuerte puñalada en mi muslo derecho y una más superficial en mi pierna izquierda. Por fortuna pudimos salir de la situación rápido y permanecimos en un refugio hasta que 10 horas después fuimos rescatados y recibí de inmediato atención médica.
> Debido a la gravedad de la herida tuve que entrar al quirófano, se vieron comprometidos nervios, tendones y una mínima parte de mi fémur, lo que ha hecho que pierda la fuerza en mis músculos necesaria para permanecer de pie o caminar. No voy a mentir, no ha sido algo sencillo con lo que lidiar ni física o emocionalmente, actualmente me encuentro en terapia para tratar ambos asuntos y por el momento mi recuperación se ve con buenos ojos, espero volver a caminar muy pronto y regresar a mis labores de costumbre —. Intenté sonar segura y esperanzada, aunque mi interior pensaba lo contrario, me decía a mi misma que aún dolía muchísimo, que no podía dormir, que tenía miedo, no solo por mi salud si no porque alguien entrara por mi puerta buscando hacerme daño, que me veía a años luz de caminar de nuevo y que odiaba con toda mi alma la silla de ruedas, aún así, mi cara decía lo contrario —. Por último, me gustaría agradecer no solo a mis padres por tener en cuenta siempre que es lo mejor para mi, también a mi prometido, que ha estado a mi lado todo el tiempo, solo él podrá saber cuanto le quiero.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...