Capítulo 45

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— No sirve — Christopher sacó la pinza de la cerradura rendido y se alejó.

Llevábamos 30 minutos intentando abrir la puerta con nuestros pocos recursos, pero las cerraduras del palacio eran muy complicadas.

— Sabes que van a empezar a buscarnos, ¿no? — le dije moviéndome levemente de lado a lado en la silla.

— Podríamos pedir ayuda, estoy seguro que alguien nos escuchará.

— ¿Quieres armar un escándalo a días de nuestra boda? Se regará el rumor de que huimos de nuestras despedidas de solteros y nos encontraron escondidos en una habitación, además la princesa con el vestido roto, no podemos pedir ayuda.

— Tienes razón, entonces tendremos que salir por la ventana.

Estábamos en la tercera planta y la ventana significaba suicidio, pero había un pequeño balcón a al menos metro y medio caminando por los pequeños bordes que decoraban el palacio, tenían como 30 centímetros de ancho y era muy riesgoso, sobretodo para una persona con una lesión en la pierna que afectaba su movilidad y además llevaba un incómodo vestido que también afectaba su movilidad.

La otra ventana llevaba directamente a la nada.

— ¿Y si vas tú y luego abres la puerta y vienes por mi?

— No se puede abrir tampoco desde afuera a menos de que tenga la llave y un guardia haría muchas preguntas de las que no tengo respuesta para abrirte la puerta. ¿Y si paso yo primero y luego vienes tú?

— No tengo equilibrio alguno, además el vestido...

Se quedo pensativo mientras se asomaba por la ventana.

— Está bastante cerca, déjame intentarlo — sin vacilar saco la mitad de su cuerpo por la ventana y luego con más cuidado la otra mitad, las ventanas por suerte eran grandes.

Me acerqué y vi como sus pies apenas si cabían en el borde, se movió lentamente dándole la espalda a la pared, yo no podía imaginar lo que podría pasar si perdía mínimamente el equilibrio, pero no sucedió porque estando a un par de pasos más saltó y cayó en medio del pequeño balcón, saqué la mitad de mi cuerpo para ver si estaba bien y sonreí con alivio cuando se puso de pie.

— Es literalmente imposible que yo haga eso, Christopher — le informé.

— Da miedo, pero no es tan complicado, déjame ver igual si puedo abrir la puerta desde afuera, ya regreso.

Caminé hacia la puerta y minutos después pude escucharlo intentar abrirla fallando, yo maldije en mi interior.

Volví a la ventana a la vez que él regresó al balcón.

— Podría pedir ayuda, ya no podrán pensar nada si estoy yo aquí sola.

— Hazlo, solo ten listas varias respuestas, como por qué haz roto tu vestido.

— Lo rompí porque empezaba a tener un ataque de ansiedad de lo ajustado que estaba.

— ¿Qué hacías en el salón?

— Tomar un descanso a solas de la actividad social.

— ¿Por qué no te vio el guardia cuando entró?

— Porque... No lo sé, tu dime.

Me miró pensativo.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora