Capítulo 2

334 52 5
                                    


— Allá están los establos, todos en la familia saben de equitación, es tradición. Una parte importante de este país en realidad — le explicaba mientras caminábamos por el jardín.

— Lo sé. Aprendí de su cultura, para temas de adaptación. En realidad fue impulsado por mis padres — respondió Christopher en un gesto sereno, tan solo fruncía un poco el ceño por el sol que da en su rostro.

Llevaba ambas manos en los bolsillos de su pantalón y miraba a su alrededor despreocupado. Me sorprendió que admitiese que fue cosa de sus padres.

— Yo también leí un poco sobre tu país — admití. Mis padres también me obligaron, pero no le diré tal cosa.

Nada interesante que agregar, sabía que entrábamos en profundidad con el tema seguro discutiríamos.

Ahora que lo pienso, ¿cómo es que iba a verle la cara toda la vida y no discutir por las posturas de nuestros países? ¿Tendría que ocultarlo? ¿evitar el tema? ¿buscar soluciones?

Eso debía preguntárselo a mis padres. No quería discutir con él, o lo menos posible.

— ¿Entonces de que se supone que debamos a hablar? — pregunté .

Nunca he tenido una cita con nadie jamás y ni siquiera sé si esta caminata incomoda califica como cita.

— De nuestra boda, tal vez.

Sentí un vacío en la panza cuando lo dijo, pero como me han enseñado lo disimulo bien y sigo caminando a su paso.

— ¿Cuánto tiempo crees que tengamos antes de eso? — pregunté con preocupación.

Sé la respuesta, pero quiero saber si está enterado y tal vez logre sacarle un poco de lo que piensa al respecto.

— Al menos seis meses — me miró— o menos. Si te soy sincero es extraño mirarte y pensar que pasaremos el resto de nuestras vidas juntos.

Ambos nos detuvimos girándonos para vernos frente a frente.

Se me removió todo, me daban náuseas de pensar en semejante declaración. Es imposible estar lo suficientemente preparados para esto, siempre va a dar miedo.

— Lo sé, por eso siento que nuestra relación debe empezar bien, porque será un desastre si no — intenté ser sincera, al fin y al cabo, no importa como me comporte, nuestro matrimonio era lo único seguro.

— Sé que te estás preparando para gobernar Cressida y que no es sencillo, así que puedo asegurarte de que no será más complicado por mi culpa, seré un buen esposo.

Le mostré una sonrisa sin separar los labios. Él la regresó.

Sentí un poco de alivio.

Pensando en ese momento, no sé qué pensaba Christopher al decir aquello.

No sé como me lo creí tan fácil.

Pasé horas enteras imaginándome los posibles escenarios, su posible personalidad, si podríamos agradarnos o sería un completo grano en el cul... una molestia.

— Gracias — suspiré aliviada.

— Y créeme, estoy igual de abrumado.

The crown in betweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora