— Me alegran muchísimo los avances, sin duda hemos sabido elegir el equipo perfecto para esta labor. Les estaré informando sobre los avances en la sede del norte, gracias por su tiempo y espero que pasen un muy buen día — me despedí de la junta en la fundación.
Había decidido ir personalmente a ver los avances ya que por el trabajo llevaba un largo tiempo sin visitarlos, todo iba perfecto por suerte.
Ellos salieron de la sala de juntas, yo me quedé con Val y la directora de la fundación, Dorothea.
— Me gustaría darme una vuelta por el lugar antes de irme, saludar a los niños y solo ver cómo va todo — informé.
— Adelante, majestad, si desea puedo acompañarla — se ofreció Dorothea.
— Gracias.
Con ella pasamos por cada salón, también pasamos por otros espacios como la cafetería o el jardín, solo quería asegurarme por mi misma que todo estuviera en orden, además de ver de que manera podríamos hacer mejoras, aunque no fue necesario, Christopher tenía todo en orden.
— Solo quiero llevarle esto a mi mamá, se lo juro, ella trabaja ahí, vine a traerle otro uniforme porque se ha ensuciado. Vengo muy seguido, por favor — una voz conocida a lo lejos hizo que frenara en seco.
— El acceso está restringido las próximas horas — informó un guardia, yo me apresuré y caminé hacia aquella voz.
— !Solo es un segundo! Mi madre lo necesita, mire que yo...
— ¿Benjamin? — pregunté al tenerlo al frente, el intentaba entrar por una puerta auxiliar donde dos de mis guardias lo frenaban.
— ¿Alya? — sonrió.
— Por favor déjenlo pasar.
— ¿Segura, majestad? Pone en riesgo su seguridad.
— Es de mi entera confianza, Montgomery.
Ellos desconfiados se apartaron de la puerta dejando que Ben cruzara el umbral, estaba más delgado, se había dejado la barba, pero se veía muy bien.
— Majestad — hizo una venia.
— Olvida eso, ven aquí — extendí mis brazos y él me abrazó fuerte.
La última vez que lo había visto fue en los establos después de mi boda, sabía que estaba viajando por el país porque su madre me lo contaba cuando iba a la fundación.
— Te extrañé mucho — le dije al separarnos con una sonrisa que no me cabía en la cara, ver a Benjamin me hacía muy feliz, siempre había sido un lugar seguro para mí y así lo sentía a pesar del tiempo.
— Yo a ti... Mírate, ¿quién se iba a imaginar que serías reina tan pronto?
— Ni yo misma.
— Te luce la corona, metafóricamente, claro, la corona verdadera es un poco vintage si me preguntas, un poco sosa, aunque aún así se veía bonita en ti — sonreí.
— No has cambiado nada.
— ¿Por qué lo haría?
— Sería un gran error, y te doy la razón con la corona — le susurré lo último.
— ¡No puede ser! — se exaltó de la nada.
— ¿Qué pasa?
— ¡Felicitaciones! Justo ayer vi el anuncio de tu embarazo, me alegro mucho por ti y por tu futuro bebé — lo dijo con honestidad.
— Gracias, Ben. Estaba dando una vuelta por la fundación antes de irme, pero si tienes algo de tiempo podemos ir a la sala de juntas, así nos ponemos un poco al día.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...