— Fue lindo, igual, por fin poder inaugurarlo — le explicaba a Ben mientras ambos estábamos acostados en la alfombra de mi despacho mirando hacia el techo.Eran al menos las 10pm y le había pedido a todo el mundo privacidad ya que debía trabajar hasta tarde en algunas cosas, mismas que no existen, solo que quería ver a Ben, desde que la fecha de la boda estaba tan cerca y habían tantas personas yendo y viniendo por el palacio, era muy difícil tener tiempo para nosotros.
— Sí lo fue, tu discurso fue muy lindo, nunca decepcionas Aly, serás una gran reina.
Me quede en silencio mirando la lámpara despampanante que colgaba sobre nosotros, nunca me gustó.
— En tres semanas me caso, Ben — salió de mi boca, rompiendo nuestra promesa de no hablar de ello.
— Lo sé.
Volteé mi cabeza a la derecha y vi su perfil, no tardó mucho en regresarme la mirada.
— Tenemos fecha de caducidad.
— Lo sé.
— ¿Que va a pasar después? — pregunté.
— ¿Con nosotros?
— Sí, ¿crees que podamos ser amigos después de esto?
— Creo que debemos alejarnos por lo menos un tiempo, Aly, no creo que sea bueno para ninguno de los dos seguir hablando.
— ¿Puedo hacerte una pregunta complicada?
— Claro que sí — pasó su mano por mi mejilla con ternura — lo que quieras.
Quería mucho a Ben, me daba muchísima tranquilidad.
— ¿Si te lo pidiera dejarías todo para vivir una vida conmigo, mi tipo de vida? No es que lo considere, no puedo, pero si fuera otra la situación y tuviéramos la oportunidad, ¿tú lo harías? — le cuestioné.
Relamió sus labios y no tardó un segundo en responder.
— Ya lo había pensado, había pensando en que si pudieras elegir, todo lo que hubiera pasado si me hubieses elegido. Llegue a la conclusión de que yo no podría encajar en tu tipo de vida y realmente tampoco querría.
— Lo entiendo, eres inteligente, yo tampoco elegiría esto, ¿puedo saber tus razones igual?
— Son como un millón de razones, Alya, empezando porque mi vida fuera del palacio es complicada como cualquiera, pero real como nunca, tengo a mi familia imperfecta pero perfecta, tengo amigos verdaderos, puedo ir los fines de semana a hacer competencias amistosas de básquet con los chicos del vecindario, salgo a fiestas sin temer por aparecer en una portada, puedo ser yo mismo en todo momento, puedo reír libremente, llorar, sentir sin tener que ocultarlo, literalmente no cambiaría mi vida por nada y no lo sabía hasta que llegue aquí, vi tu realidad y agradecí profundamente en donde había nacido.
Sentí un ardor en el pecho, me sentí triste, también sentí algo de envidia por aquella normalidad de la que hablaba.
Era como si me atacara directamente, pero no lo tomé personal, tenía razón.
— Ojalá poder vivir como tú.
— Aly, tú y yo somos de mundos muy distintos, estoy seguro que de la forma en la que yo no encajo en el tuyo, a ti se te haría imposible encajar en el mío. Deja de anhelar algo que desconoces, solo evitará dejarte vivir tu realidad, tú te vas a casar, vas a formar una familia con una persona muy agradable y aunque tal vez no lo veas, ustedes dos tienen una química curiosa que para bien o para mal funciona, estoy seguro que eventualmente van a aprender a quererse y muy en el futuro olvidarán que todo fue arreglado.
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The crown in between
Teen FictionEsta es la historia de una reina que no nació para serlo, tampoco fue criada para ello, aunque contra todo pronostico y sin que alguien le preguntase si estaba lista, tuvo que asumirlo. Tuvo que heredar el puesto al que su hermana mayor renunció y t...