Capítulo 31: Indefendible

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—¡JAJAJAJA! Oh my God! [¡Dios mío!] ¡No puedo...! ¡No puedo creerlo! ¡Esto fue demasiado divertido! ¡Jajajaja! ¡Quién diría que justo el tipo del que hablábamos iba a venir a pararse a las puertas de la empresa de esa manera! ¡Es demasiado irónico, casi como si el universo te odiara! ¡JAJAJA!

Ya habían pasado más de 20 minutos desde que volvieron a la oficina y Guadalupe se había tenido que atener a escuchar como durante todo ese tiempo Alfred no había parado de reír.

Reía a sonoras carcajadas golpeando su escritorio con un puño mientras se sujetaba el estómago con la otra mano, no paraba de patalear y había inclusive lágrimas saliendo de sus ojos debido a que parecía no poder controlarse. Realmente la situación le parecía en extremo cómica.

Pero finalmente pareció haberse cansado, y cuando ese momento llegó, no dudo en finalmente dirigirse a la chica, ya sin reír, pero con esa amplia sonrisa aun presente en su rostro.

—García, tú exnovio es muy divertido, ¿lo sabías? —le hizo saber—. Te relacionas con personas muuuy interesantes.

—Alfred, por favor no le hagas daño —fue lo primero que la chica pudo pronunciar—. Hablo en serio.

—Mmm~ —murmuró el chico dando una vuelta sobre su propia silla sin dejar de sonreír.

—Alfred, permíteme hablar con él —pidió ella nuevamente aproximándose a su escritorio—. Ignora la estupidez que dijo sobre "salvarme", te prometo que ni siquiera sabía de lo que estaba hablando. No te volverá a molestar, no vas a tener que volver a verlo.

—Oh, yo mismo puedo encargarme de no tener que volverlo a ver. Por eso no tienes que preocuparte —le respondió—. Quiero decir, ya tienes demasiado trabajo, no me gustaría cargarte más —añadió sínicamente.

—¡Al...! —comenzó a decir, pero de inmediato se detuvo e intento recobrar la compostura—. J-jefe, por favor.

—Hey, hey. Tranquila, escucha. La verdad es que en ningún momento consideré la existencia de ese tipo en mi plan, ¿okay? Solo tomaba en cuenta al tonto ese de tu amigo Philip y créeme, lo investigué lo suficiente como para saber que es demasiado imbécil como para darse cuenta de que estas "secuestrada", pero lo suficientemente listo como para saber que no debe meterse conmigo.

—Se llama Francis... —replicó ella evidenciando su molestia.

—Sí, da igual. Como sea. El punto aquí es que ese otro tipo parece lo opuesto a él, demasiado listo como para darse cuenta de tu situación y demasiado tonto como para entender con quien no debe meterse —explicó—. Es por eso que tengo que encargarme de él, ¿sí? Quiero decir, mierda, mujer, de verdad pensé que eras un don nadie en este país, quien habría dicho que si te relacionabas con personas. Por eso fue que pensé que sería fácil manipularte sin que nadie interviniera ¡y fue asombroso que haya funcionado por una semana entera!

—Jefe...

—¿Cuál es el problema? ¿Qué es lo que te importa tanto de ese tipo? ¿No dijiste que eran EXpareja? —rebatió Alfred—. ¿Por qué carajo te habría de importar si le sucede algo?

—¿Qué tiene que ver que sea mi expareja con todo esto? —reclamó confundida—. ¿Por qué eso habría de influir en que me importe o no si lo dañas?

—Bueno, dime entonces ¿por qué terminaron? —le preguntó de pronto.

—¿Qué...? ¿Qué por qué...?

—Sí, ¿por qué? —insistió él ante la vacilación de la otra—. Vamos, dímelo, me da curiosidad. No me dejes esperando.

—Ah... B-bueno, él y yo...

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora