Capítulo 23 - Reencuentro

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—Señorita, de verdad lamento mucho el malentendido. Estoy muy avergonzado —se disculpó Tolys inmediatamente al ver la expresión que se cargaba la chica ahora mientras se dirigían a una nueva habitación.

—No te apures... —respondió ella tras un cansado suspiro—. Siendo completamente sincera contigo, estoy algo molesta, pero sé que debes tener ya bastante lidiando con la actitud de ese pedazo de imbécil al que llamamos jefe, así que no tengo razones para reclamarte o algo por el estilo

—Parece que no tienen una muy buena relación jefe-empleado, ¿eh? —añadió él curioso.

—¿Tú si la tienes?

—B-bueno... Hago lo que puedo.

—Ya veo...

—¡Ah! Lo siento —se disculpó el mayordomo de inmediato viéndose algo espantado de golpe—. Me estoy metiendo en lo que no me importa. Ofrezco una disculpa. ¡G-generalmente no soy así! Siempre me atengo a las órdenes del Sr. Jones, ya que la mayoría del tiempo prefiere que permanezca callado, pero es fascinante lo fácil que es hablar con usted, me deje llevar.

—Ja, gracias por eso.

—¡N-no era un cumplido! ¡Lo lamento! ¿O si lo fue? Sonó como eso, ¿cierto? Si lo tomó como tal tampoco hay problema alguno. Pero de verdad lo siento. Me he puesto nervioso de repente.

—¿Pero estás bien? En realidad no estoy molesta contigo, solo...

—No es debido a usted, señorita, no se apure. El jefe... El Sr. Jones, quiero decir, es raro verlo molesto. No suelo cometer errores en mi trabajo, así que me pongo nervioso cuando sucede.

—Como trabajadora novicia en la empresa del Sr. Jones puedo decirte que comprendo ese sentimiento y empatizo contigo, pero también te diré que si le damos muchas vueltas a nuestros errores, lo más probable es que terminemos cometiendo aún más errores. Déjalo ir, Alfred es un tonto, también lo dejará pasar.

Tolys permaneció observando a la chica en silencio, pero con una sonrisa tras haberla escuchado decir eso, y no fue hasta percatarse de ello que Guadalupe inmediatamente se cubrió la boca entrando en completo pánico.

—Ay por Dios... ¡No le digas que te dije eso, por favor! Me va a matar si...

—Jaja, no se preocupe, señorita. Al final del día supongo que es raro que algún empleado se lleve bien con su jefe, ¿no es cierto? También empatizó con usted en ese caso. El Sr. Jones puede llegar a ser una persona muy difícil de tratar.

—Pero es alguien sensato, ¿verdad?

—¿A qué se refiere?

—Es alguien... sensato. ¿Es alguien que cumple su palabra? Aunque su sentido de la moral este roto, ¿crees que pueda considerarse alguien cuerdo? ¿Juicioso? ¿Sincero?

—Ah...

Tolys intentó formular una respuesta a aquello, pero la expresión de Guadalupe no le permitió hablar. Sus ojos expresaron tan repentinamente una preocupación y ansiedad tal que le fue imposible prestar atención a otra cosa. Pareciese ser que su cabeza estaba en otro sitio, y esa fue la razón por la que el pobre mayordomo no tenía idea de a dónde estaba yendo con esas preguntas.

—Señorita, ¿se encuentra bien?

Guadalupe salió de sus pensamientos apenas escuchar su voz y de inmediato intentó ignorar por completo aquello que había dicho antes.

—S-sí, sí. Lo lamento mucho. Olvida eso, me deje llevar.

—No tiene por qué disculparse —la tranquilizó Tolys con una cálida sonrisa, enseguida se giró a ver la puerta en frente a la cual se habían detenido, se dirigió a girar la perilla y le indicó el paso a la chica al abrir—. Escuche, esta es su habitación, es toda suya. El Sr. Jones hizo traer un guardarropa para usted, lo instalaremos aquí mañana. Como le dije antes, todas sus necesidades estarán cubiertas durante el tiempo que resida con nosotros. Le recomiendo descansar en cuanto trate sus asuntos pendientes con el jefe, no creo que le lleve mucho tiempo.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora