Capítulo 45: Vísperas

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Si aquella noche había sido conflictiva, durante las próximas horas, la tensión no hizo más que incrementar.

Faltaban no más que dos días para la realización de la fiesta y casualmente esta se realizaría en miércoles, ese día del demonio cuando se llevaban a cabo todas las huelgas semanalmente que ahora no eran mas que un recuerdo. Se sentía como un aniversario y aquella energía verdaderamente le desagradaba.

Guadalupe se encontraba especialmente estresada por aquello, pues recordaba bien la orden que le había dado a su amigo, todo aquello sobre infiltrarse y etcétera. No obstante, mientras más se aproximaba la fecha de la fiesta, mas comenzaba a arrepentirse, pues la tensión era tal que el miedo porque fuese descubierto verdaderamente la estaba consumiendo viva.

Pero ya no había vuelta atrás, tenía que aceptarlo y resignarse intentando no pensar en "lo peor que podría pasar", aun cuando sabía que los escenarios podían ser infinitos.

Del lado de Alfred las cosas no eran muy distintas. El tipo no solo parecía molesto, sino distraído, era como si la desvelada de aquel domingo lo hubiera estado persiguiendo durante los días siguientes, o quizás él simplemente no se había molestado en dormir durante las noches posteriores por alguna razón.

Las sombras bajo sus ojos eran apenas disimuladas por sus anteojos, pero su estado de ánimo era el que no podía ocultarse para nada. Lo más notorio en su carácter era como había evitado hablar con la mayoría y muy especialmente con Guadalupe. Gracias a ello, esos días habían sido los menos ocupados para la empleada, pues con tal de no dirigirle la palabra, el chico se había ocupado de hacer por sí mismo las tareas que naturalmente habría dejado para ella.

En realidad parecía que anhelaba una excusa para mantenerse ocupado, quien sabe que era en lo que no quería pensar.

Pero sin duda alguna, el peor de todos los casos, por más imposible que sonase, era el de Matthew. Si los círculos oscuros alrededor de los ojos de Alfred eran notorios, se convertían casi en una broma si lo comparábamos con Matt.

Ese muchacho parecía no haber dormido, pero durante toda la semana, y es que era cierto, desde que comenzó los preparativos de esa maldita fiesta, no había momento en que no se encontrase ocupado, e igualmente que como sucedía con Alfred, era muy raro que le dirigiera la palabra a alguien (aunque claro que si alguien llegaba a intentar intervenirlo, le atendería con una sonrisa en el rostro muy a pesar de su mirada cansada).

El único que escapaba de esta regla era Carlos, que en todo momento fue su mano derecha para los preparativos, por lo que se comunicaban avivadamente casi como si fueran una sola maquina trabajando. Sin embargo, a diferencia de Matthew, Carlos no parecía agotado en lo absoluto.

Ese detalle sorprendió un poco a Guadalupe, que si bien durante la última semana no es como si hubiera tenido el mayor tiempo del mundo como para ocuparse de notar esas pequeñeces en vez de concentrarse en sus propios asuntos, fueron bastante evidentes las ocasiones en las que encontró a Matthew vencido por el cansancio dormitando durante unos minutos tendido sobre un sillón, mientras Carlos a un costado suyo continuaba con su trabajo casi sin parpadear.

¿Cómo era posible entonces que Carlos luciera tan radiante y bien parecido como siempre si la carga de trabajo entre ambos parecía ser idéntica e incluso mayor? La única respuesta era que quizás descansara mientras no le veía, pero aquello era bastante raro que sucediera considerando que de momento vivían bajo el mismo techo.

Fuera lo que fuera, al final no importaba, porque era la noche del mismísimo martes y la tensión en la mansión estaba rosando el techo de la misma (y vaya que era verdaderamente alta).

Los últimos preparativos se realizaban a altas horas, aunque afortunadamente aun no entrada la madrugada. Tanto Alfred como Guadalupe se encontraban finalmente libres, pero la situación con Matthew y Carlos era diferente como siempre, y aun cuando la chica se ofreció a ayudarles nuevamente (Alfred por supuesto que no lo haría), los otros dos declinaron la oferta amablemente, asegurando que estaban a nada de dar por terminados los planes para el día siguiente.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora