—¡Esto es genial! —exclamó Alfred encantado con la cantidad de información que había caído en sus manos. Hojeaba una y otra vez cada una de las páginas con tremenda fascinación. Ludwig lo único que podía hacer era permanecer observándole en silencio.
Alfred caminaba de un lado a otro en la oficina analizando cada uno de los datos hasta que finalmente se giró ver al guardaespaldas de su padre con una sonrisa enorme.
—¿Cómo consiguieron esto? —le preguntó claramente entusiasmado.
—Su padre tiene una gran cantidad de contactos que tienen acceso a una red de información exorbitante, señor. De la misma manera usted y nosotros tenemos acceso a ella —respondió Ludwig seriamente.
—Esto es una maravilla. Veamos, ¿Qué dice aquí? Francis... ¿Bonnefoy? Que apellido tan mas extraño. Parece que el tipo es originario de Francia, y vive aquí desde hace... ¡seis años! ¿Hay información sobre en que trabajaba antes de venir a América? Porque tal parece que ahora está desempleado.
—No conseguimos obtener datos sobre su residencia en Europa, pero todo lo que ha hecho desde que llego a Estados Unidos está ahí.
—Muy bien, perfecto, eso es más que suficiente —aseguró regresando a su lectura—. Parece que uno de sus primeros trabajos fue el de ser profesor de una escuela.
—Sospechamos que fue ahí donde conoció a la chica. Ya que durante esos años ella estudiaba en esa misma preparatoria.
—¿Oh si? Ya lo veo... Bien, entonces prosigamos con ella. ¿Cuál era su nombre? Mierda, ¿por qué tiene tantos nombres? ¿Quién le pone tres nombres a un hijo?
—La chica tiene dos nombres. María Guadalupe, si mal no recuerdo —corrigió el hombre—. El resto son sus apellidos. Es originaria de México, ahí se acostumbra utilizar el apellido de ambos padres en documentos oficiales.
—¿Qué edad tiene? ¿Y desde hace cuánto vive aquí?
—Tiene la misma edad que usted, señor. Se mudó a los Estados Unidos desde los 6 años. Parece que desde entonces no ha habido registros de que haya regresado.
—Ya veo... Interesante —murmuró Alfred alzando una ceja—. ¿Qué más me pueden decir acerca de ella?
Dicho eso, el chico volvió a tomar asiento y dejó los documentos sobre su escritorio para ahora posar su completa atención en Ludwig.
—Respecto a su familia, parece que sus padres fallecieron hace 3 años siendo víctimas en un tiroteo. Su padre solía ser reconocido en su país alrededor de los años 90s como un famoso boxeador, pero tras haber sufrido una fractura se vio obligado a dejar ese trabajo y fue cuando la situación económica de su familia empeoró lo suficiente como para verse obligados a inmigrar hasta aquí.
—¡¿Su padre era un luchador?! ¡¿Cómo en las películas?! —exclamó Alfred maravillado.
—De hecho parece que desde niña intentaron involucrar a su hija en el arte de la lucha libre también. Si mi memoria no me falla, viene de una familia completa de luchadores del lado de su padre, por lo que tiene sentido que no quisieran perder tal tradición con su hija.
—Entonces la chica sabe pelear —dedujo el muchacho interesado.
—Tenemos datos de años de entrenamiento alrededor de sus primeros años de infancia y adolescencia. Parece que lo dejó el año que sus padres fallecieron.
—Ya lo veo... ¿Y tiene más familiares? ¿O se ha tenido que mantener sola desde entonces?
—Es complicado. No tiene más familiares en Estados Unidos y debido a la gran cantidad de tiempo que tiene sin recontactarse con México, decidimos no ahondar en sus familiares ahí, sin embargo, cuenta con tres hermanos menores viviendo con ella, dos de doce años de edad y uno de nueve, todos nacidos aquí. Como podrá suponer, eran mucho más jóvenes cuando sus padres fallecieron y desde entonces la chica ha tenido que hacerse cargo de ellos por su cuenta.
—¿En que trabaja para mantenerse?
—Parece ser dependienta en una tienda de autoservicio trabajando doble turno.
Una maliciosa sonrisa se dibujó en los labios de Alfred finalmente. Parecía que cada uno de esos datos iba ordenando poco a poco un elaborado mapa en su cabeza y Ludwig pareció verse claramente intimidado al respecto.
—¡Perfecto! —exclamó el chico poniéndose de pie inmediatamente—. Ya tengo un plan.
—¿Plan...?
—Oh si, solo una cosa más. ¿Tienen información sobre la familia del otro tipo? ¿Es casado o algo así?
—No realmente, parece que ha vivido solo desde que inmigró a Estados Unidos, parece no tener muchas relaciones cercanas fuera de Guadalupe, y no esperaba menos, con la clase de vida que lleva dudo mucho que alguna mujer quisiese casarse con él.
—Bien, entonces en ese caso eso es todo lo que necesito saber.
—Uhm... ¿Jefe? ¿Cree que podría decirme que es lo que planea hacer exactamente con esta información?
—¡Pero por supuesto que sí! Si tú y tu hermano serán los encargados de liderar esta misión.
—¿Qué misión...?
Era martes por la noche, faltaban menos de 10 minutos para que dieran las 11 pm. Si sus hermanos la habían obedecido, tenían que estar dormidos desde hacía ya una hora, pero dudaba mucho que eso hubiera pasado, raramente iban a la cama temprano en sus días de trabajo.
Se encontraba agotada así que su vista cansada y el bostezo que profirió una cuadra antes de llegar a la fachada de su casa no le permitió prestar atención rápidamente a las 3 camionetas color negro que se encontraban estacionadas justo en frente.
No obstante, apenas a unos cuantos metros de distancia, aquella imagen frente a ella comenzó a parecer sospechosa y poco a poco fue acelerando el paso mientras extraía las llaves de su bolso al mismo tiempo. Apenas estar frente a la puerta introdujo la llave en el cerrojo a una velocidad aterradora a la vez que no paraba de mirar con nerviosismo los 3 autos a los cuales ahora les daba la espalda.
Su corazón casi se detuvo al notar que el seguro de la puerta no estaba puesto y al abrir, antes de que siquiera tuviera la oportunidad de pronunciar el nombre de sus hermanos, una mano enorme tiró de ella al interior de la casa cubriéndole la boca al mismo tiempo que le vendaba los ojos.
Alcanzó a escuchar una grave voz que se disculpaba con ellas mientras le esposaba las manos a sus espaldas.
Su respiración agitada y los latidos de su corazón no le permitieron procesar que era lo que estaba pasando, estaba congelada. Fue arrastrada hasta lo que parecía ser una de las camionetas donde fue obligada a entrar hasta escuchar las puertas cerrarse. El motor fue encendido y después de que lo que pareciese ser la puerta del copiloto se hubo cerrado, el auto arrancó.
—Es increíble que estemos haciendo algo como esto... —escuchó Guadalupe al frente—. ¿Cómo fue que llegamos aquí?
—De verdad lo sentimos, Srta. García —le dijo entonces otra vez la voz que antes ya se había disculpado con ella mientras era esposada.
Quiso decir algo, pero se encontraba amordazada. Aunque en realidad, dudaba mucho de que el nudo en su garganta le hubiera permitido pronunciar palabra alguna de todas maneras.
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Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]
Fanfiction𝗣𝗮𝗿𝗲𝗷𝗮𝘀: USAMex, FrUK Francis, un inmigrante francés, acompañado de su mejor amiga Guadalupe, una chica mexicana nacionalizada en los Estados Unidos, peleará por rescatar a aquel que llama "el amor de su vida" de las garras de una terrible em...