Capítulo 72: México en el corazón

419 19 13
                                    

Para Tolys, que había sido un testigo significativo de la manera en que el estado de animo de Alfred cayó en picada tras la noticia del fallecimiento de su padre, ver el cambio tan drástico de actitud que había tomado apenas volver a salir de su habitación cuando Guadalupe se dispuso a consolarle, de verdad lo terminó desconcertando enormemente.

Tirando de la mano de la chica (a simple vista podría considerarse que en contra de su voluntad), la arrastró junto a él hasta la puerta de la mansión, anunciando públicamente que saldrían juntos a comprar algunas cosas. De esa manera la hizo subir con él a su limusina y hasta al menos unas tres horas después, regresaron de sus aparentes compras.

Era alucinante, de verdad. Su mirada brillaba y la energía con la que actuaba juraría que no la vería de nuevo en él. Durante toda la tarde ambos, junto a los tres niños, estuvieron trabajando en "algo" de lo que Tolys no tenía la más mínima idea de que se trataba, hasta que finalmente tomó el valor de preguntárselo a Guadalupe en uno de los pocos instantes en los que Alfred la había dejado sola.

—Eh, señorita García, disculpe, ¿puedo hacerle un breve cuestionamiento? Si no le molesta.

Guadalupe se giró a verle mientras se ocupaba de reacomodar unas veladoras en la decorada y extravagante mesa. Sonrió y se dirigió a él en cuanto terminó su trabajo.

—¿Si? ¿Qué sucede?

—¿Qué es lo que está pasando aquí exactamente? Para ser sincero con usted estoy algo desconcertado. Nunca había visto al señor Jones tan entusiasmado por... ¿dibujar una cruz con sal en el piso? Y quitarle los pétalos a una flor naranja.

—Ah, jaja... Es que le sugerí festejar el Día de Muertos conmigo —explicó ella—. Es una tradición que acostumbramos en mi familia para recordar a nuestros familiares fallecidos, así que creí que lo podría animar un poco.

—Ah, claro... El Día de Muertos —asintió Tolys con la cabeza recordando haber escuchado sobre esa festividad antes mientras le volvía a echar un vistazo al altar.

—Pero honestamente no creí que aceptara —prosiguió la chica—, y créeme que a mi también me desconcierta que se haya entusiasmado tanto. Solo se lo sugerí porque mis hermanos me lo pidieron, pero verdaderamente creí que me mandaría al carajo, conociendo todos los comentarios racistas que en el pasado me ha hecho... No lo sé.

—Sí, lo entiendo. Aunque de alguna forma siempre parecen ser algo involuntarios.

—¿Verdad que si? —concordó ella frunciendo el ceño—. De cualquier manera hace mucho que no me tomo en serio nada de lo que dice, así que no me importa. Estoy satisfecha con que no haya insultado del todo esta fiesta.

—Pero entonces, si entendí bien... ¿Usted y sus hermanos querían hacer esto para hacerlo sentir mejor debido a su perdida?

—Escucha, en realidad yo no tenía la intención de... —se interrumpió ya que de verdad no sabía cual era la forma adecuada de acomodar sus palabras—. Agh, mira, el festejo es en cuatro días, el próximo jueves. Desde que fallecieron mis padres llevamos tres años consecutivos conmemorando esto y no quería que mis hermanos se lo perdieran. Buscaba una forma de lograr que Alfred me permitiera festejar esto y se dio la oportunidad al sugerirle que lo hiciera con nosotros. Es todo.

—Entonces entiendo que no tiene ninguna intención detrás por hacerlo sentir mejor, ¿es así? —cuestionó enseguida el mayordomo con cierta suspicacia.

—Estas obligándome a decir que soy una altruista totalmente desinteresada que se preocupa por Alfred o una egoísta de mierda que se aprovechó del dolor de ese tipo, y no tengo intenciones de admitir ninguna de las dos cosas, Tolys.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora