Capítulo 34: Única oportunidad

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Guadalupe terminaba de consolar a Isabel cuando decidió que era momento de regresar con sus hermanos. Si tardaban demasiado, muy probablemente terminarían preocupándose, así que después de asegurarse de que la niña se encontraba mejor, la ayudó a levantarse y juntas se encaminaron hasta su habitación.

Dentro encontraron al par de muchachos con la mirada clavada en un teléfono celular. Apenas escucharlas llegar, alzaron la vista con enormes sonrisas.

—¡Isabel, mira! —exclamó Miguel vehemente levantándose de un brinco y corriendo hasta Isabel siendo seguido por Guillermo.

Ninguna de las dos tuvo tiempo de reaccionar a semejante entusiasmo que no comprendían de donde venía tan de repente, pero les aliviaba que su estado de ánimo les distrajera un poco de hacerles preguntas.

Miguel dirigió la pantalla al rostro de su hermana, permitiendo que ambas pudieran observarla. Se trataba de un video.

—¡Miren lo que descubrimos! —añadió Guillermo dando pequeños saltos.

—¡Alfred es influencer! —dijo el otro incapaz de ocultar su emoción.

Guadalupe frunció el ceño al escuchar semejante afirmación, y tomó el teléfono entre sus manos para verlo mejor y asegurar por su cuenta las palabras de los chicos.

—¿Qué dicen...?

—Mira, tiene un canal de YouTube y todo —le explicó Miguel señalando la pantalla—. Aunque tiene un seudónimo y no muestra su rostro completo. ¡Pero está muy claro que es él! Su voz es inconfundible.

—¡Usa una máscara! ¡Es genial! ¡¿verdad?! —exclamó Guillermo.

Deslizando velozmente aquel feed inundado de videos, Guadalupe pudo confirmar que evidentemente se trataba de él, pues la manera en que cuidaba su identidad era casi un chiste cuando ya se le conocía en persona.

—¿Y que se supone qué hace él...? —comenzó a preguntar.

—¡Música y muy cool! —respondió Miguel de inmediato— ¡Toca la guitarra! ¿Ya viste?

—¡Mira, mira! ¡Tiene un montón de seguidores también! —continuó Guillermo.

Parecía ser realmente popular, pero percatarse de eso solo hizo que le doliera más la cabeza. ¿Qué clase de tipo era ese?

Aunque sinceramente no quería hacerse más preguntas, tenía que comenzar a acostumbrarse a la idea de que no lo conocía en lo absoluto para también dejar de sorprenderse frente a cada nueva faceta que descubriera en él.

Realmente aquel había sido un día difícil, no solo para Guadalupe, pues para esos momentos Francis se encontraba también verdaderamente abrumado.

Después de la huelga de ese día (o mejor dicho, "intento" de huelga), había terminado nuevamente sumamente frustrado. Intentó comunicarse de nuevo con Antonio, pero tal pareciera que no conseguiría dar con él.

Sus palabras realmente lo alertaron, se le veía tan asustado que para sus adentros intentaba meditar sobre qué tipo de persona tan aterradora realmente podía llegar a ser Alfred para dejarle en tal estado.

—Tengo que pedirle ayuda a Arthur... —pensó en voz alta.

No era la primera vez que la idea se le venía a la cabeza, pero antes no quería admitir que se estaba quedando sin opciones. Realmente no quería hacerlo, tener que recurrir a él, pero admitía que ahora estaba solo y la persona que estaba en juego era su mejor amiga, no podía dejarla atrás.

—¡Agh! —chilló frustrado entonces llevándose ambas manos a la cabeza—. ¡Pero ese tipo es tan...!

Difícil. Era la palabra perfecta para describirlo.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora