Capítulo 61: El regreso

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Para Tolys fue imposible continuar siendo un espectador pasivo en aquella escena, pues sentía cierta responsabilidad al respecto y por supuesto que no le agradaba para nada la idea de que Guadalupe fuera reprimida por Alfred.

—¡A-ah...! S-si me deja intervenir, señor —exclamó Tolys de inmediato sumándose a la discusión apenas entrante y por supuesto, interponiéndose entre ambos muchachos—, ella dijo que su teléfono se encontraba averiado. No debería molestarse con ella por...

—Su teléfono está en perfectas condiciones —lo interrumpió Alfred con brusquedad— y aunque no lo estuviera, no tiene la necesidad de llamar a nadie porque yo estoy aquí, ¿no es así, García? ¿A quién llamaste?

Guadalupe se encontraba petrificada y para Tolys fue fácil notar su nerviosismo. Inmediatamente ocultó sus manos tras su espalda porque sus dedos habían comenzado a temblar, pero tampoco fue capaz de pronunciar palabra alguna para responder las interrogantes de Alfred.

—Ah, no me lo dirás —añadió el chico nuevamente, pero no se vio tan impaciente como normalmente se podría esperar de él en una situación como esa.

Y esto era tan sencillo como tomar en cuenta que al tener posesión sobre el teléfono que había usado, creía tener también la posibilidad de averiguar rápidamente la identidad de aquel con el que había intentado comunicarse.

—Bueno, no hay problema —añadió encogiéndose de hombros con una sonrisa ladina—, basta con...

Pero de golpe se detuvo, pues si bien no había tenido problema con desbloquear el teléfono o aventurarse hasta la aplicación que necesitaba, algo lo obligó a estancarse.

—Tolys, ¿qué demonios?, tu celular no tiene historial de llamadas.

Esto alarmó al mencionado más que aliviarlo y así mismo, Guadalupe se vio algo desconcertada por semejante información de la que ella misma no se había percatado antes.

—Oh si... —titubeó el mayordomo rascándose la nuca con nerviosismo—. Lo que pasa es que se trata de un modelo algo antiguo que no guarda ese tipo de historial y...

—Ni siquiera tienes contactos ni historial de absolutamente nada, no hay mensajes, no tienes... ¿No tienes ni siquiera fotografías? ¿Para qué utilizas esta mierda, Tolys?

—¿Block de notas...?

En esos breves segundos Alfred se había encargado de explorar el aparato tanto como se permitió, pero al notarlo carente de cualquier clase de información útil, perdió rápidamente el interés en él.

—Te pago lo suficiente como para que te consigas un modelo mejor que este —gruñó al final devolviéndole su pertenencia mientras rodaba la mirada con frustración—. Pero como sea —añadió regresando su atención a Guadalupe, quien rápidamente recuperó la firmeza en su postura—, no hace falta ni siquiera no ser un imbécil para deducir que intentaste comunicarte con Francis. ¿Te sirvió de algo? ¿Estas satisfecha?

Sus palabras y su mirada volvían a ser hirientes, de cierta forma la manera en que la miró la última vez, antes de dejarla sola en el salón y después de haberle confesado lo que hizo en la fiesta, era diferente. Si tuviera que utilizar una palabra para describirlo en ese momento podría ser "vulnerable".

Y es que no era la primera vez que lo veía de esa manera, habían sido varias, y aunque quizás no tan numerosas como las ocasiones en que su arrogancia lo dominaba, haciendo una comparativa, casi podría jurar que era como si estuviera tratando con dos personas diferentes.

Había momentos como ese en los que genuinamente se preguntaba si ese tipo no padecía alguna clase de trastorno como bipolaridad, que pudiera justificar la posibilidad de que su forma de actuar derivara tanto de un momento a otro. ¿Cómo era posible que pudiera ser tan intimidante y a la vez tan sensible?

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora