Capítulo 47: Matthew Williams

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—¿Se encuentra bien, señor? —preguntó Carlos viéndose un tanto preocupado frente a la expresión cansada de su jefe—. Creo que la fiesta está siendo un éxito, ¿no lo cree igual?

—¡Si! Si, lo creo. Por supuesto que lo creo. Hicimos un gran trabajo, ¿v-verdad? —respondió el muchacho con un dejo de nerviosismo que no fue fácilmente ignorable para su empleado.

—Si... Si, lo hicimos, señor, pero...

—Lo siento, solo acabo de discutir con mi hermano —terminó por admitir a sabiendas de que era imposible que consiguiera ocultarle algo a ese hombre—, y... Dios. Verdaderamente es estresante. Sabes que siempre me desanimo cuando me veo en situaciones de este tipo.

—Creo que será mejor que se ocupe de disfrutar la fiesta y deje de lado a ese tipo, señor. Es lo mejor.

Matthew terminó por asentir con la cabeza y sonreír débilmente viéndose aun ciertamente agotado.

Al final, decidió mirar a su alrededor, vaya que era una buena vista, había hecho un excelente trabajo. Realmente no es como si se sintiera tan identificado con aquello de ser un "superficial" como no se cansaba de repetir Alfred una y otra vez, simplemente y como ya había dejado en claro, le gustaban las cosas lindas, ¿acaso eso estaba tan mal?

Las personas atractivas llamaban su atención en más de un sentido y adoraba tratar con ellas. Confiaba en que el corazón de una persona siempre era conquistado principalmente a través de la mirada, la apariencia era importante.

Quería hablar con alguien, de verdad quería hacerlo, pero la verdad era que no tenía el valor.

Hasta ese momento únicamente se le había visto tratar con dos personas principalmente, Carlos y Alfred. Carlos era el empleado más cercano de su familia con quien había trabajado por años aun desde que era un niño, y Alfred, bueno, él era su hermano, ¿no es así?

El nerviosismo que le invadió al primer momento de tratar con Guadalupe al recién haberla conocido, fue afortunadamente disimulado de alguna manera, aunque no negaría que la presencia de Alfred en todo momento y en todas las interacciones que tuvo con ella, ayudó bastante a que su pánico social no se apoderara de él.

Vivir bajo su mismo techo y la característica calidez de la chica también coopero a que la cercanía con ella se desarrollara a toda velocidad. Rápidamente consiguió sentirse cómodo a su lado, y su nerviosismo se esfumó de inmediato.

¿Pero que sucedía ahora? Moría de ganas por conocer a gente nueva, pero sus extremidades no eran capaces siquiera de moverse por su cuenta. Se maldecía a si mismo por ser tan tímido e inseguro, y aun siendo casi el anfitrión de la fiesta le era casi imposible llamar la atención como le gustaría.

Esa era una de las numerosas cosas que envidiaba de Alfred y le hacían odiarlo. Todo el mundo sabía quién era él y las habilidades sociales que tenía eran extraordinarias.

Aun siendo la mierda de persona que era, conseguía entablar conversaciones con cualquier persona si así se lo proponía mostrando a su vez una faceta tan entrañable que cualquiera querría volver a verle. Pero por supuesto, esto solo cuando tenía la intención de hacerlo, porque naturalmente sabemos que a Alfred le importaba poco la imagen que pudiera dar frente a personas que no le interesaban en lo más mínimo.

En fin, todos esos eran los pensamientos que inundaban su cabeza al momento en que Francis finalmente hizo acto de presencia en el salón.

Era sencillamente increíble. Estamos hablando de una fiesta que estaba inundada de celebridades en el mundo del modelaje, el cine y la televisión y aun así, la figura de ese tipo destacaba de sobremanera.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora