Capítulo 32: Esa relación suya

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—¡Niños, ya llegué! —exclamó Guadalupe con entusiasmo.

La sonrisa en su rostro era tan autentica que cualquiera que la viese en esos momentos no podría sospechar en lo absoluto la situación tan terrible por la que estaba pasando.

La verdad era que se esforzaba arduamente por ocultar su estrés y ansiedad de los ojos de sus hermanos y esto lo lograba tratando de darle todo el valor del mundo al momento en el que realmente era feliz, y eso era siempre que tuviera la oportunidad de compartir tiempo con sus ellos.

Generalmente Alfred le permitía estar a solas con los chicos alrededor de un par de horas, sin embargo, en esta ocasión, apenas se reunió con ellos, recibió un mensaje en su teléfono en el que el muchacho le ordenaba encontrarse con él en el salón en los próximos 20 minutos.

Guadalupe tuvo que disculparse con los niños y obedecer las indicaciones de Alfred, y aun cuando esa repentina orden la puso un poco nerviosa, hizo lo imposible por convencerse de que no tenía razón de ser malas noticias.

Se llegó la hora y para entonces Alfred ya le esperaba sentado sobre su sofá. Parecía impaciente, no estaba relajado en lo más mínimo. Apenas la vio llegar, le ordenó que se sentara de inmediato. Ya para ese momento Guadalupe no tenía un buen presentimiento de la situación.

—¿S-sobre que quería hablar? —preguntó entrecortadamente, y aunque no quiso evidenciar su nerviosismo, al final fue imposible.

—¿Cuál es exactamente tu relación con Francis? —cuestionó Alfred entonces de manera rápida y tajante, tal parecía que no se andaría con rodeos.

La chica se vio un tanto perdida frente a tal pregunta, pues no entendía que información específica era la que solicitaba, ni una pista del porqué.

—¿Qué cual...? Pero... ya lo sabes —respondió demostrando su desconcierto.

—García, la razón por la que antes te pregunte sobre "tu tipo de hombres" fue precisamente porque sospechaba que algo como lo que sucedió hoy podría llegar a suceder en algún momento —comenzó a explicarle de inmediato—. ¿Sabes? Los hombres a veces tendemos a ser algo impulsivos, pero esa impulsividad puede llegar a perjudicarme si se trata de alguien ajeno a mí. Necesito saber exactamente qué relación tienes con Francis para poder idear una estrategia al momento de actuar respecto a él.

—¿Qué piensas hacer con él?

—Eso depende de tu respuesta —insistió Alfred con mayor severidad, comenzándose a ver cada vez más impaciente—. ¿Entonces puedo confirmar que acaso él también es una clase de amante tuyo?

—Alfred, ya me habías hablado de esto. Tú mismo me dijiste toda la información que tenías sobre él tan solo para amenazarme.

—Y ya te dije que esa información me es irrelevante cuando estoy hablando de relaciones interpersonales. Si te estoy preguntando algo es porque necesito de ti información que solo tú puedes darme, no porque quiera perder el tiempo contigo.

—Entiendo eso, pero...

—El hombre no está casado y su amistad contigo ha sido sospechosamente larga —le interrumpió.

—¿Sospechosamente larga...?

Para ese punto Alfred verdaderamente comenzaba a tornarse molesto. Guadalupe no tenía intenciones de empeorarlo, pero a su vez, cada cosa que decía no hacía más que desconcertarla más.

—Tengo tu antigua casa bajo vigilancia y hemos registrado numerosas visitas que él tipo ha hecho desde que te fuiste. Esto quiere decir que visitarte es algo familiar para él —continuó el chico.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora