Matthew Williams (Canadá) – 20 años
Carlos Morales (Cuba) – 40 años
Era lunes, inició de semana.
Guadalupe no podría decir que lo odiara, todos sus días eran igual de terribles, sin embargo, tenía que admitir ese día Alfred se encontraba especialmente irritable.
Casi no le había dirigido la palabra, ni siquiera desde ante de salir de la mansión ni durante el camino a la compañía, pero cuando lo hacía, era excepcionalmente impaciente con la más mínima cosa que le ordenaba.
Pasaba un poco del medio día. Alfred la había mandado a un descanso de 5 minutos aludiendo que necesitaba estar solo, así que se dirigió al baño a lavarse la cara.
Estando ya sola, intentó meditar un poco, haciendo lo posible por averiguar qué demonios era lo que le sucedía. No tenía idea de si era su culpa, así que quiso hacer un recuento de su fin de semana. ¿Cuándo se había comenzado a comportar de esa manera?
Analizándolo se percató de que probablemente había sido el sábado, ese día había recibido una llamada. Aunque en realidad, todos los sábados recibía una. Nunca lo cuestionó, no le interesaba, aún muy a pesar de que Alfred se pusiera de tan buen humor cada que las interceptaba.
No obstante, esa semana había sido diferente. Después de haber atendido al teléfono su estado de ánimo pareció cambiar de golpe y fue durante esa noche que comenzó a ignorarla por completo, era como si tuviera la cabeza en las nubes.
Parecía extrañamente apresurado, y permaneció durante todo el domingo encerrado en su habitación. Inclusive Tolys parecía un tanto frustrado por su comportamiento, pero al igual que Guadalupe, se limitó a no cuestionarlo.
Dejó escapar un suspiro. Al menos ahora después de reflexionarlo le parecía evidente que culpa suya no era, así que confiaba en que no tenía manera de empeorar esa situación por su cuenta.
Miró su reloj, le falta exactamente un minuto a su aparente descanso, para terminar. Decidió que lo mejor sería ir regresando, así que se secó el rostro y salió del baño.
Mientras andaba por el pasillo se preguntaba si sería buena idea tocar antes de entrar. Antes Alfred le había dicho que no era necesario ya que lo único que conseguía con eso era interrumpirlo, pero considerando su estado de ánimo, le preocupaba que cualquier cosa, por más mínima que fuera, fuera a hacerlo enojar.
Al final decidió que lo mejor sería obedecer las órdenes que ya conocía, así que al llegar a la oficina, abrió la puerta sin dar un previo aviso y se adentró.
No obstante, al hacerlo chocó contra un cuerpo que le daba la espalda. Enseguida escuchó un "splash" y se percató de que por culpa de su empujón, había provocado que la persona frente suyo dejara caer un vaso de café con el que cargaba.
Esta persona se dio la vuelta de inmediato y al ver su rostro, Guadalupe entró en completo pánico.
—¡Jefe, lo siento! D-de verdad lo siento, no sé porque no lo vi. Yo lo limpiaré, y le traeré un café nuevo, y...
—Ah... N-no te preocupes, está bien. F-fue mi culpa por detenerme tan cerca de la puerta. De verdad, no hay cuidado. Perdóname.
Aquella voz tan semejantemente dulce y apacible no pertenecía a Alfred, eso era más que evidente. Guadalupe volvió a alzar la vista, pero para su desconcierto, volvió a toparse con aquel rostro idéntico al de Alfred. Cabello rubio, ojos azules, inclusive anteojos...
Sin embargo, analizarlo detenidamente por unos segundos más, fue suficiente para percatarse de las diferencias con las que se cargaban y la primera de ellas era su mirada. No podía leerse una sola pizca de arrogancia en esos ojos, al contrario, estaban inundados de una paz y gentileza casi invasivas.
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Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]
Hayran Kurgu𝗣𝗮𝗿𝗲𝗷𝗮𝘀: USAMex, FrUK Francis, un inmigrante francés, acompañado de su mejor amiga Guadalupe, una chica mexicana nacionalizada en los Estados Unidos, peleará por rescatar a aquel que llama "el amor de su vida" de las garras de una terrible em...