Capítulo 15: Otro reportaje maldito

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Lin Yi-Ling (Taiwan) – 26 años


Guadalupe tomó su mano para dejar en claro que tendrían que esperar hasta el próximo semáforo para cruzar. Francis se vio algo ansioso tras ver como todo el resto de su grupo iban dejándolos atrás aun siendo ellos los líderes de la manifestación.

—P-pero, ¿justo ahora? ¿De verdad es tan urgente? Podríamos terminar la huelga primero y después de eso iremos a hablar todo lo que quieras. ¿Qué opinas?

—Lo siento, Francis, de verdad tiene que ser ahora —insistió ella seriamente.

—Está bien...

De esa manera esperaron a quedarse solos. Guadalupe buscó un sitio cercano en el cual pudieran hablar de manera medianamente privada y rápidamente sin ser interrumpidos.

—¿Qué es lo que sucede, mon cherie [cariño]? ¿De verdad estas bien? —preguntó Francis de inmediato, pues realmente comenzaba a preocuparse por ella.

—Francis, no puedo seguir acompañándote. Lo lamento —respondió Guadalupe de golpe. Y aunque acababan de hablar justamente sobre eso, Francis se vio un tanto sorprendido por lo repentino de la noticia.

—Oh... Era eso. ¡P-pero no tienes nada en realidad por lo cual disculparte, linda! —le dijo intentando ordenar sus palabras—. Es precisamente por eso que te dije que...

—Tal vez esto no sea para siempre —añadió la chica interrumpiéndolo—. Simplemente, de vez en cuando, creo que no podré continuar acompañándote.

—Es decir, ¿solo esporádicamente?

—Si, algo así.

—Bien... ¿Y puedo saber la razón? Si no es de mi incumbencia no hay problema, simplemente quisiera saber si está todo bien en tu casa y eso. ¿Tienes algún problema con tus hermanos? O ya se, fue por lo del noticiero, ¿verdad?

—No, no, no, no tiene nada que ver con eso en realidad, así que no te preocupes. Es... otro asunto, pero seguramente voy a resolverlo así que no le tomes mucha importancia ¿si? De verdad estoy bien.

—Está bien, lo entiendo. Simplemente quería asegurarme —dijo el francés resignándose a aquella respuesta—. Me preocupas mucho, Guadalupe y realmente quiero que estés bien. Cualquiera cosa que tenga que ver contigo y con tu familia siempre será una prioridad por sobre mí y yo entiendo eso completamente.

—Gracias por tu apoyo, Francis. ¡Y estoy perfecta! ¡Mejor que nunca, de hecho! ¿Aunque sabes que no está perfecto ni mejor que nunca? Tu pronunciación, sigues siendo un asco para pronunciar mi nombre.

Eso era. Buscar cualquier excusa para ignorar su realidad, cosa que parecía que le era tan fácil conseguir. Una broma en un momento como ese... Quizás Francis jamás había conocido a otra persona que fuera capaz de algo así. Si tan solo tuviera una idea de que era por lo que la chica estaba pasando en esos momentos, se daría cuenta de que no era una tarea para nada sencilla.

—Sabía que me lo echarías en cara, y justo cuando intente decirlo para un momento serio como este... —gruñó el hombre rendido a las burlas de su compañera, pero finalmente juntos se dirigieron a cruzar la avenida de una vez por todas.

El resto de sus compañeros ya los esperaban frente aquel enorme y amenazante edificio, el cual, sorprendentemente se encontraba lleno ya de reporteros y cámaras.

Aquello le heló la sangre a la chica y a pesar de tener la mitad del rostro cubierta, Francis logró ser testigo de cómo el terror la invadió.

—Vaya, realmente nunca pensé que tuvieras algo así como pánico escénico —le dijo tomándola de la mano en un intento por hacerla entrar en confianza.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora