Capítulo 57: Principado 18

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Hecho así finalmente se dirigieron al comedor. Todo lucía delicioso, la mayoría cortesía de Lovino y Feliciano quienes como ya se sabía, tenían fama de ser buenos cocineros, y una vez estuvo todo listo, tomaron asiento y se prepararon para la convivencia que al parecer Michelle tanto había esperado.

Lo primero que sucedió después de servir la comida, fue lo inevitable. Claro que se trataría de un amplio interrogatorio dirigido justamente a Francis, quien al final de cuentas no dejaba de ser una celebridad para todos y cada uno de los empleados de Jones Corporation.

—Lo siento, tengo que decirlo, ¡pero estoy muy emocionado de finalmente conocer al famoso hombre de las huelgas! —dejó escapar Feliciano de golpe antes de comenzar a comer—. Lo había visto de lejos desde el edificio, y después en las noticias. ¡Y es que nunca pensé que lo conocería en persona! ¡Lo admiro mucho y tengo que decirle que agradezco mucho su labor!

—¿Cuál labor? —carraspeó Lovino irrumpiendo enseguida—. El tipo no hace nada. Siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo. Si realmente quieres hacer un cambio, tienes que combatir violencia con violencia, ¡esa es la respuesta! Basta con abrir un libro de historia para darse cuenta de eso. Las revoluciones NUNCA son pacíficas.

—Ah, Marie dice eso todo el tiempo... —comentó Francis por lo bajo.

—¿Marie? —cuestionó Feliciano enseguida.

—¡U-una amiga nuestra! —se ocupó Arthur de responder de inmediato, algo nervioso frente al descuido de Francis—. Mary, si.

Marie —intentó corregirle Francis, pero fue silenciado rápidamente tras un susurro por su compañero.

—Callate, imbécil. Ni siquiera se llama así.

—B-bueno, disculpa a Lovino —intervino Elizabeta finalmente—. Él siempre ha sido un chico de ideas radicales.

—Al menos en pensamiento. No mucho en práctica —añadió Roderich alzando las cejas.

—Y no me arrepiento —asintió el mencionado para continuar comiendo sin una pizca de remordimiento.

—¡No, no! ¡Está perfectamente bien! —lo excusó Francis de inmediato—. Creo que cada ser humano tiene una forma muy particular de ver el mundo debido a sus propias experiencias de vida, es por eso que valoro y respeto mucho las ideas radicales también. Siempre y cuando no interfieran con los derechos de otros, claro, pero de ahí en fuera, creo que todas las formas de lucha por la justicia social son válidas.

—Ay, eres tan dulce —suspiró Elizabeta enternecida—. Ahora soy consciente de la razón por la que Arthur siempre evitó hablarnos de ti en la compañía, pero debe de ser tan difícil para él no poder presumir a un esposo como tú.

—No creas que es tan difícil —murmuró Arthur por lo bajo frente a la mirada molesta de Francis.

Después de eso y a petición del mismo Arthur, optaron por dejar ese tema de lado, así que decidieron que para conocer mejor al marido de su colega, lo mejor era entrevistarlo desde una perspectiva más personal; sin embargo, esto inevitablemente llevó a seguir con las preguntas de pareja.

Eso era algo que de una forma u otra se llegaría a tocar en aquella mesa, y aunque Michelle no fuera especialmente la que comenzaba con estas interrogaciones, acostumbrada a comportarse como una agente infiltrada que no levantaría sospecha alguna, sí que estaba prestando especial atención a todas y cada una de las respuestas.

—¡Y dígannos entonces! ¿Cómo se conocieron? —continuó Elizabeta tomando la iniciativa sin perder la oportunidad, pues aunque creyera que no se lo hiciera notar mucho, era un asunto que le interesaba bastante. Y Francis, que tal pareciera que había esperado desde que los vio llegar a que le hicieran exactamente esa pregunta, respondió inmediatamente como si supiera la respuesta de memoria.

Huelgas Mágicas en el Gabacho [𝙃𝙚𝙩𝙖𝙡𝙞𝙖 - 𝙈𝙖𝙜𝙞𝙘𝙖𝙡 𝙎𝙩𝙧𝙞𝙠𝙚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora