In the Winter's Trail - one shots lams

Losing my religion (Lams)

Un domingo por la mañana siempre era el momento adecuado para limpiar la casa, quizá mover los muebles de su lugar, aspirar un poco la entrada y sacudir las alfombras de las habitaciones. La rutina de John se había vuelto amigable con él conforme pasaron los años. Al inicio le costó bastante, él no había elegido ser padre y mucho menos estaba preparado para el desafío, pero Alex fue quien no había estado dispuesto a rendirse con él, y menos con la familia que estaban construyendo.

El recuerdo de esos años de negación siempre serían una vergüenza con la que tendría que cargar; sin embargo, debía admitir que al final había sido el miedo el que lo había llevado al borde de la locura, la ira y la cobardía. Ese pensamiento, claro, estaba guardado en el fondo de su mente, ahí empolvándose por cuenta propia y quedando opacado por todas sus buenas y redimibles acciones.

De vuelta a la limpieza semanal, John se ocupó de mover unas cajas que estaban marcadas como "Documentos de Pip" con la letra de Alex. Aquello le dio una pista de la época de la que debían provenir. Suspiró para sus adentros y con una tijera rompió la poca cinta que unía los dos costados de la caja.

Detrás de él escuchó a Alex acercarse, mientras sus ojos inspeccionaban los papeles, su cuerpo se dejó recargar en los brazos de su esposo. Como siempre, Alex estaba de puntillas intentando echar un vistazo de lo que John tenía en sus manos, y para cuando su mentón se había enganchado en el hombro de John, este había terminado de leer el papel.

—¿Alex? ¿Por qué aquí dice que Phil es católico?

—¿Mhmp? ¿Eso dice? ¿Dónde? —Alex estiró más su cuello.

John se había quedado congelado en su posición inicial, por como estaban parados, Alex prácticamente tuvo que lanzarse hacia adelante para leer lo que le estaba señalando.

—¿Alex? —esa última pregunta sonó más como una acusación silenciosa.

—Algo me decía que debía traer mis lentes.

No era que John tuviera un problema con la religión. Vamos, él no entraba a iglesias, ni mencionaba el nombre de Dios o cualquiera de sus variantes en ninguna de las ocasiones... No, en realidad, John sí tenía un problema con la religión. De hecho, abiertamente era ateo, y ni su madre que era la más fiel católica habría podido hacerlo cambiar de opinión. Y por supuesto, enterarse que su hijo, al que Alex y él explícitamente habían criado para no profesar ninguna creencia, era católico en teoría, lo llenaba de una sensación de traición premeditada.

Cinco minutos después de su apagón mental, John caminó directo a la sala donde había dejado su celular y marcó el número de la única persona que podía explicarle a detalle lo que había pasado.

—He estado esperando esta llamada por años —la voz del otro lado de la llamada lo saludó.

—Mamá, ¿por qué en los papeles que tengo en mi mano dice que mi hijo es católico?

—No puedo creer que por fin te diste cuenta, Jackie —la dulzura de la risa de su madre le llegó desde Charleston a Lennox Hill.

—Y para que conste: ¡yo fui el primero en decirle a tu madre que no era una buena idea! —la voz de su padre también atravesó estados—. Y tu madre me anda mirando feo, así que me voy a callar.

John giró los ojos y gruñó, al mismo tiempo, Alex se sentó en el brazo del sofá y le pidió que pusiera la llamada en altavoz.

—¿O sea sabes de qué estoy hablando? —John dejó el celular sobre la mesita del centro y gesticuló hacia ella como si fuera su madre.

—Sí, John Matthew Laurens. Claro, si quieres asegurarte siempre puedes decirlo en voz alta.

—¿Por qué mier...? —respiró para recomponerse, por ninguna circunstancia iba a caer tan bajo e insultar a su madre—. ¿Por qué hay un papel que dice que Philip es católico?