Flags and Pride (Lams)

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Lo último que recordaba era que se había quedado dormido en la cama mientras hablaba con Alex. Era una de esas siestas que se disfrutaban porque eran durante la tarde, por lo que no necesariamente debían durar mucho, pero que sí servían para recargar energía. Y eso a John definitivamente le había servido luego de haber elegido el final de la semana como día para limpiar tanto la cocina como el pasillo, la sala y los baños.

¿Qué si se había dejado algunas habitaciones para después? Por supuesto.

Pasaba tanto tiempo en la casa por su cuenta que, de vez en cuando, crearse su propio tiempo para mantenerse ocupado era otro pasatiempo más.

Así que luego de cabecear unas veces mientras intentaba seguirle el hilo a lo que Alex andaba tratando de contarle, el sueño le había ganado por el momento.

Hasta que se fue despertando después de una hora quizá, y lo primero que vio —además de una sonrisa que pretendía ser de inocencia en el rostro de Alex— fue que su esposo sostenía entre sus dedos un marcador negro que seguía destapado.

—¿Dormiste bien, Jack? —le preguntó antes de poderle decir cualquier cosa por el marcador que seguía demasiado cerca de su cara como para no sospechar de Alex.

Algo había hecho.

Y John no se iba a quedar de brazos cruzados hasta averiguarlo.

—Estuvo... refrescante, creo. ¿Qué hacías?

—¿Hacer qué? —aunque Alex acababa de tapar el marcador, John podía seguir oliendo la tinta en algún lugar cercano.

—Mientras dormía.

Si conocía bien a Alex, sabía que nunca cometería el error de delatarse conscientemente, así que tomó una pequeña tangente solo para probar su suerte y dejarlo hacer lo que más le gustaba: hablar.

—Estaba hablando contigo —contraatacó, al parecer Alex no estaba tan aislado del objetivo de John.

Eso o lo había subestimado todo este tiempo en el arte de leer a las personas.

—Y me quedé dormido, sí —John le quitó el marcador, usando como excusa querer entrelazar sus dedos.

Alex cedió y le pasó el pulgar sobre sus nudillos cubiertos de pecas.

—Pues...

—Pues, ¿qué hiciste en todo ese tiempo? —bostezó y antes de que comenzara a desviar su atención de la pregunta, añadió—: Es pura curiosidad.

—¿Recuerdas de lo que estábamos hablando?

—Eh... ¿si te digo que me lo digas, te volverás a ir de largo?

Arrugando la nariz, Alex negó y soltó una pequeña risita.

—Okay, sí, soy un poquito intenso. Pero, está bien, no me iré de largo —al escuchar eso, John asintió y esperó a que Alex siguiera—: Estábamos hablando de la vez en que dijiste que Finlandia era la capital de Polonia.

—En resumen, mi falta de sentido espacial. Bien. ¿Luego?

—Luego en que solo has viajado a Cuba una sola vez en tu vida y que eras prácticamente un bebé así que, de recordarlo, en el sentido de recordar, pues no recuerdas mucho ese viaje.

—Para eso existen las fotos, Alex.

—Y ahí ya habías empezado a cabecear. Entonces me ofrecí a enseñarte geografía.

—¿Cómo acepté eso? —entrecerró los ojos. Alex se encogió de hombros y desvió la mirada.

—No lo hiciste... Te quedaste dormido.

In the Winter's Trail - one shots lamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora