Rude (Lams Modern AU)

199 15 134
                                    

Los preparativos para la boda iban viento en popa. En realidad, estaba más sencillo de lo que había creído en un inicio. Luego de unos cuantos debates sobre el lugar, la comida y, principalmente, la lista de invitados —que aún continuaban discutiendo—, John se sentía capaz de llegar al menos al ensayo de la cena de la boda. Por más que Alex presionara en un tema en específico que no nombraría ahora, estaba más que determinado a no doblar el brazo. Menos cuando tenía que ayudar al hombre en cuestión a recoger unas cuantas muestras del pastel que probarían en la cena y de cuerdo al gusto de los invitados, decidirían cuál servir en la boda.

O en la recepción.

O en esa cosa que venía luego de la ceremonia.

Usando su mejor traje, el sábado por la mañana se había mentalizado una lista de cosas por hacer. Iría por Alex a la pastelería, pasarían por los trajes por la tarde y volverían a dar una vuelta por el lugar donde se haría la cena en una semana exactamente. Nada más complicado de lo que sonaba.

Con eso en su cabeza, igual le sorprendió recibir el mensaje de su prometido a la vez que lo observaba salir del lugar con algunas cajas apiladas, cubriendo casi por completo su visión. Tampoco era su culpa haberse enamorado de alguien pequeño. Y eso que no lo era tanto, pero a John le causaba gracia poder burlarse libremente de los cinco centímetros que él le llevaba por ventaja.

Al mismo tiempo bajó del auto y mantuvo la puerta abierta hasta caminar hacia Alex que se tambaleaba con el peso de los pasteles en sus brazos. Pensando en su comodidad, sin preguntar, llevó dos de las cajas y le dio el respiro que tanto necesitaba su petit lion.

—No deberías mandar mensajes y caminar con una torre de pasteles a la vez. Te puedes lastimar —como si se lo debiera de recordar, le dijo viendo cómo su mirada cambiaba a esa que usaba cuando estaba a punto de preguntar algo de lo que luego se arrepentiría.

—Jack. Voy a decir algo, no te enojes —pero sus ojos simplemente le recordaban a un cachorro tirado fuera de su puerta, así que le dio la oportunidad.

Asintiendo, John le dio la palabra.

—Bueno... —continuó Alex, soplando un mechón negro de su cabello y apresurándose a caminar hasta el auto— la cena es en una semana y sé que ya lo hemos hablado, pero aún hay tiempo.

—¿Tiempo para qué exactamente?

Se lo venía venir; sin embargo, no quería aceptarlo y si negarlo de forma implícita lo volvía menos real, entonces eso haría. Solo faltaba una semana, ¿no?

—Tus padres. ¿En serio no los vas a invitar? Es el ensayo de la cena. Ni siquiera es la boda —vio como se encogió de hombros, John suspiró y dejó las cajas de pastel en el asiento trasero sin decir ni una sola palabra—. Jack, prometiste que no te ibas a enojar.

—Yo nunca dije eso —levantó el índice, negando mientras cerraba la puerta del auto y dando la vuelta para volver a manejar.

Alex iría en el asiento del pasajero.

—Tampoco cambies el tema. Una semana. Nada más.

—Luego irán a la boda —dijo entre dientes y volteó colocando el brazo sobre el asiento de Alex, prefería ver si venía algún auto tras ellos con sus propios ojos que a través del retrovisor.

Aunque el espejo estuviera diseñado para eso.

—¿Ese no es el punto? Jack, la otra vez dijiste que estaban de acuerdo con la propuesta. Que habían aceptado todo el asunto y tú ahora no les estás dando la oportunidad de redimirse.

—Alex en realidad no quiero hablar de eso. Por el bien del día, olvídalo. Con mis padres —cambió a primera luego de dar la reversa y salió del estacionamiento— o sin mis padres, la boda seguirá. Imagina que ellos son extras.

In the Winter's Trail - one shots lamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora