Siblings stay as kids (Laurens/Lams-tober)

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—¿Y esta? —señaló Alex la hoja manchada en medio del álbum de fotos, su voz contenía más confusión e interés del que su rostro podría explicarle a John.

Ambos habían ido a la casa de los padres de John, tanto para pasar una linda tarde con sus suegros y cuñada, y también para que se fueran acostumbrando a verlos juntos después de que hace unos meses, John se le propusiera a Alex. El compromiso aún se mantenía en secreto, por el momento, pero eso no lo volvía menos emocionante. Únicamente necesitaban encontrar la oportunidad perfecta para poder decirles sin que el cabello rubio de John se llenara de sudor debido al nerviosismo de la noticia.

Así que por el momento se guardarían el gran evento y procederían a aparentar que todo era normal entre ellos.

—Es una historia graciosa —una pequeña sonrisa fue creciendo en su rostro y giró para buscar a su hermana con la mirada.

Eran cómplices de aquel recuerdo. Compañeros del crimen. Hermanos protegiéndose a los otros. Aunque como la historia ya era vieja, los involucrados en el asunto estaban bien enterados o al menos eso creían.

—Es una mancha. Una mancha de... de espero que eso sea pintura porque no quiero olerlo para comprobarlo —con su índice medio rasgó la superficie, pero John apartó el álbum de inmediato para que no siguiera tocándolo.

—Hey, nada de tocar la pintura.

—Uf, sí ha sido pintura.

—Pues claro que es pintura. ¿Qué creías que era? —John lo vio de reojo mientras Patsy se arrimaba detrás de ellos para reírse también de la mancha de pintura.

—Nada. Ya no quiero saber nada.

—Eres mal mentiroso.

—Soy buen mentiroso —levantó Alex una de sus cejas.

—Entonces eres mal perdedor —dijo Patsy haciéndose espacio entre ambos—. ¿Le vas a contar?

—Solo si me dice qué creía que era la mancha.

—Vamos, no seas tan malo.

—No soy malo, él se lo buscó.

—Primero —Alex tomó la palabra antes de que siguieran hablando—, los puedo oír, sigo aquí. Segundo ni siquiera sé por qué se ofenden tanto por lo que no dije. No decir algo que podría estar mal es lo correcto.

—No si tienes un pro... un pro-novio —John se corrigió— muy curioso.

—Tiene razón.

—Primero cuenten y luego les digo. ¿Les parece justo el trato?

John y Patsy se miraron por unos cuantos segundos como si estuvieran intercambiando palabras, pero sin ellas de por medio. A Alex le dio un poco de miedo aquella capacidad que tenían los Laurens.

—Lo suficientemente justo para que te imagines a un Jackie de diez años.

—¡Oye!

—Estaban viendo tus fotos de bebé, no te puedes quejar por algo que tú mismo ya has hecho.

—Eres malvada, Patsy Laurens, malvada —entrecerró los ojos y negó con su cabeza, a la vez que acercaba el álbum contra su pecho—. Igual tendrá que imaginar a una mocosa de cinco años que se hace llamar mi hermana.

—Una cosa es imaginar, otra cosa es verte en pañales, y eso ya lo hizo —Patsy le sacó la lengua.

—Técnicamente lo he visto con menos ropa que esa —Alex pensó en voz alta.

—¡Alexander! —John y Patsy le gritaron al unísono.

—Pero si no es noticia nueva.

—¿No te ha enseñado la regla de "no en la casa de los padres"? —Patsy trató de cerrarle la boca.

—En realidad...

—Bueno la historia va así... —John interrumpió a Alex para que no soltara nada inadecuado frente a sus padres quienes seguían en la cocina preparando el postre.

Había pasado cuando eran pequeños y a John le habían comprado un nuevo set de acrílicos, las mismas que Patsy había tomado prestadas sin consultar con su hermano y John al encontrarla con las manos en la masa, con los zapatos de su padre y la zuela llena de pintura. No ayudó mucho que ese día Henry había estado de malas y que John no hubiera sacado la basura. Ese había sido el momento de la verdad. Era una complicidad entre hermanos y pintaron algunas cosas con esa zuela, una hoja con la huella. Esa fue una hoja más que John guardó debajo de su colchón y luego colocó entre las páginas del álbum familiar junto con Patsy.

Al día siguiente, Henry se preguntó por qué dejaba el rastro hacia donde sea que fuera.

—Entonces no me equivocaba —Alex asintió cuando terminó de escuchar.

—¿Qué creías que era la mancha? —con cuidado John volvió a cerrar el álbum.

—Mierda.

—¿Qué? —Patsy casi estalla en carcajeadas— Repite eso, repítelo.

—Cada vez que caminas pisas tierra y la tierra cuenta al menos una pequeña porción de mierda de algún lado. Es cosa de probabilidad y existe.

—Nunca volveré a ver la mancha de la misma forma —susurró John.

—Podrían colgarla en su sala cuando se casen —desde la puerta de la cocina, Eleanor levantó las cejas y se los quedó mirando mientras los tres se volteaban.

Desde ese instante, Alex se sintió parte de la familia.

—Lo único que yo hice de pequeño fue repartir el periódico.

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N/A Esta idea me la terminó dando mi bella tocaya, Andrea. Sí, pareciera que me lo he dado a mí misma, pero no. Hasta la tarde no se me ocurría nada. Apariencias históricas y con John con uno de sus hermanos. Me encantan, hasta mañana.

In the Winter's Trail - one shots lamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora