First Date (Lams Month) (Lams-Modern AU)

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¿Saldrías conmigo? ;D -Laurens

Y también le debía una explicación al texto que acababa de recibir.

Y John necesitaba una respuesta a la pregunta.

En el segundo en que John presionó el botón para enviar el mensaje, se arrepintió completamente. Afuera la lluvia ya estaba parando, sus pies caminaban con prisa por el pavimento de la acera, había agarrado el primer abrigo que había encontrado y justamente era el que había usado Alex hace unas horas. El abrigo aún olía a el chico que acababa de conocer. Cuando había salido, no se imaginaba encontrarse con alguien como Alex, él lo había dejado estupefacto. Creía que recordaba su rostro de algún lado, incluso su nombre le sonaba, pero en este momento no estaba muy seguro de dónde.

Con las manos en los bolsillos del abrigo, sacó su celular y añadió algo a su anterior mensaje. Alex había creído que salía con Gilbert y no lo culpaba, la mayoría de las fotos con el francés eran un tanto cercanas y obvio, porque ambos se conocían de hace años, al igual que con Hércules. Lo que en realidad le preocupaba era que Alex había asumido su sexualidad en unas cuantas horas, ¿era tan indiscreto? Quizá Francis tenía razón en ese sentido y su cabello largo lo delataba. Por suerte, él había roto con el mayor hace unos meses.

Ahora un nuevo John se alzaba de las cenizas como el ave fénix que siempre había soñado ser. Un nuevo John que acababa de enviar un mensaje del que luego se iba a arrepentir.

Digo, en plan de amigos jajajaja. ¿Te importa si invito a los míos? -Laurens.

Alex respondió al segundo mensaje en cuestión de una cuadra, que fue lo que tardó John en recoger a Anthony de la veterinaria y caminar de vuelta a la calle mojada. Una sonrisa instantánea se dibujó en su rostro.

Sí. Me gustaría mucho. Aún sigo en tu casa -Hamilton.

Bueno en tu graaaan apartamento -Hamilton.

¿Dónde conseguiste la máquina de hacer helados? -Hamilton.

Con su tortuga en sus manos, John guardó el celular y regresó caminando a su apartamento. Esto se veía como una prometedora aventura.

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No le costó nada convencer a Hércules ni a Gilbert para que lo acompañaran a un sitio de parrilladas que conocía John. Él se había ofrecido para recoger a Alex, hasta que recordó que era "una cita... salida de amigos" y mejor le envió la ubicación del local por mensaje. Si como le había dicho era "neoyorquino de corazón", terminaría llegando.

Eso fue en el inicio. Había pasado media hora y ni por señales de humo, John era capaz de dar con el azabache.

—¿Seguro que no lo soñaste, John? —Hércules estaba jugando con el cubierto que habían dejado en su mesa—. Ya sabes con todas esas alucinaciones que...

—No, Hércules. Tengo su número y los mensajes que intercambiamos, estoy seguro.

Sus manos deslizaron su celular por la mesa, este se detuvo en la mitad porque Gilbert lo había interceptado. Claramente, él tampoco le creía, pero a diferencia de Hércules, él sí se sabía la clave de su celular. Tardó solo segundos en desbloquear el aparato y en revisar los varios mensajes que se enviaron desde que se quedaron hasta el día siguiente hablando. Alex durmió en su sofá y John se había negado a sacudirlo porque el aroma de su invitado continuaba impregnado en la superficie de este. Al día siguiente, habían desayunado y se despidieron con un abrazo. Y ahora John andaba suspirando por Alexander Hamilton.

—Sus palabras son muy sueltas como para ser un robot —sonrió Gilbert mientras continuaba subiendo en las conversaciones—. John, no sabía que fueras tan lanzado.

Las cejas del francés subieron hasta la línea de su cabello y se burló de él con la sonrisa de complicidad que bien conocía. Y como siempre, siendo un hombre de acciones y no solo palabras, le mostró el mensaje al que se refería.

Conozco mis alcances, Alexander, no me pruebes -Laurens.

Su mano subió directo a cubrir su boca en señal de asombro, aquello estaba sacado completamente de contexto y Gilbert lo había usado a su favor.

—¡Estábamos hablando de los juegos de feria!

La risa de Gilbert contagió a Hércules que parecía ser el más centrado de los tres. John aún no tiraba la toalla, él iba a venir.

—¿Por qué no lo llamas? Seguro tiene una explicación para el retraso —ofreció, Hércules, llevándose una papa frita a la boca.

—O una excusa, aujourd'hui son muy comunes.

—Gracias, Gilbert, no pedí tu opinión y estoy seguro de que la guardaré donde no la vuelva a encontrar, en ese mismo...

—John.

—Ahora no, Herc. Como te decía, pondré tu opinión en una bolsa y esa bolsa en una caja, para luego meterla en una caja más grande y lanzarla al Huson...

—John, en serio, ¿quién es ese que...?

—Y me encargaré de que se ahogue con todos tus consejos porque sirven poco para conquis...

En eso, una voz que John había grabado en su consiente y subconsciente lo trajo devuelta de la sala de juzgados donde mandaba a Gilbert y a su opinión al fondo del río Hudson.

—¿Por qué los consejos de tu amigo sirven muy poco para conquistar, John? —ahí, con el humo de la parrilla detrás de él haciendo de aura personal, estaba el azabache que había tenido a John lleno de nerviosismo y energía.

—Y de eso te quería avisar. Gracias por tomarme en cuenta, amigo —el índice de Hércules señaló al hombre que se sentó junto a John en las mesas dobles.

¿Por qué la tentación debía ser tan grande?

—Me sorprende que me hayan esperado —continuó Alex como si su anterior comentario no hubiera existido, rodeó a John con uno de sus brazos y se acercó a la mesa, parecía que le iba a contar un secreto por lo que susurró—: si yo fuera ustedes ya habría dejado el lugar porque un desconocido me dejó plantado.

De inmediato, la sonrisa de Gilbert creció en gran magnitud. Estaba listo, él entraba al grupo.

—Tienes suerte que John haya dicho que eres lindo —añadió.

A John casi le da un paro cardiaco en ese mismo segundo sino fuera porque la mano de Alex continuaba alrededor de su hombro. La mirada que le dio Alex al comentario de Gilbert fue única.

—Tengo muchas cualidades, pero sí, ser lindo es una de ellas —John estaba seguro de que le habló directamente a él.

—Bueno, eh... ¿quieres ordenar?

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N/A Continuación directa de Lost in Japan a petición de Bar, con esto cerramos el Lams Month ;D

Aclarando, la tortuga tiene razón de existencia, tengo completo conocimiento de que no era el animal favorito de John Laurens y que era amante de la naturaleza, incluso en Lost in Japan se mencionan los pájaros que amaba, así que por favor no hablen de eso. Gracias.

Estos tres shots forman parte de un Reincarnation AU cuya primera parte que está siendo publicada en Bar_Writer . Algunos detalles fueron alterados, por lo que si desean leer el AU, recomiendo no saltarse el prólogo. Gracias.

In the Winter's Trail - one shots lamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora