—¿Papá qué haces? —la voz de Philip hizo que John levantara la mirada y se sintiera avergonzado por haber creído que nadie lo vería.
Desde el balcón de su habitación, John estaba seguro de que su hijo podía ver sus pies descalzos dentro del agua. Y es que por más que pareciera absurdo, él no se arrepentía de haberse quitado las medias y doblado el borde de sus pantalones elegantes con tal de sentirse un poco más cerca de casa.
Extrañaba a sus padres y a sus hermanos.
Él odiaba el muro que dividía el mar y el palacio; sin embargo, había sido necesario construirlo por la seguridad de Philip. Eso le había dicho a Alex con tal de convencerlo a él y convencerse a sí mismo de que esa era la mejor decisión.
—Nada —respondió seguro de que no sonaba convencido de lo que había dicho, así que añadió—: Ya subo.
John sonrió para sí mismo cuando escuchó el alboroto que se formó en la habitación de su hijo cuando dijo eso. Era claro que Philip pretendía parecer casual al llamarlo desde su balcón, pero el tiro le había salido por la culata.
Rápidamente, John se volvió a colocar los zapatos y subió las escaleras de la entrada.
Desde la mañana el palacio se había convertido en un campo de batalla.
El salón había sido decorado especialmente para celebrar los doce años de su hijo, con Alex y el mayordomo se habían pasado revisando la lista de invitados, los tíos de su hijo habían confirmado su asistencia desde otros reinos, el pastel estaba casi completamente decorado para cuando John pasó a darle un vistazo en la tarde y la banda había sido informada que, si Philip estaba dispuesto, tocaría una pequeña pieza en el piano.
Al subir las escaleras hacia la habitación de Philip, se topó con Alex quien salía de su habitación.
—¿Cómo está el agua? —Alex le sonrió arrimándose a la puerta, se había colocado un traje sencillo, en lugar de su uniforme militar.
—¿El agua? —John preguntó extrañado, aunque al bajar la mirada, entendió perfectamente a qué venía la pregunta.
Con la mirada de cejas levantadas que le dio Alex, se dio cuenta que haberse doblado la pretina de sus pantalones no había servido casi nada pues estos estaban medio mojados. Ahora tendría que cambiarse de pantalones.
—No te preocupes, yo te ayudo a buscar unos que te queden igual de bien.
Si había algo de lo que John no se cansaba era de la sonrisa natural que se le salía a Alex de vez en cuando. Rápidamente, se acercó a su rostro y le robó un beso, antes de suspirar y negar con la cabeza.
—Voy a tener que confiar en tu sentido de la moda, debo ver si Phil está listo. Así que tú ocúpate de los pantalones, mientras yo me ocupo de nuestro hijo, ¿te parece? —John enganchó sus dedos en los hombros de Alex, su esposo dio un paso hacia adelante y colocó sus manos sobre sus muñecas.
—Yo te cubro, Jack.
—Gracias —John le sonrió una última vez a Alex y caminó a zancadas por el pasillo hasta la habitación de Philip, pero antes de entrar se volteó y lo llamó—: ¡El traje sí que te queda bien!
Entonces, abrió la puerta riéndose para sí mismo, el balcón por el que Philip lo había saludado estaba vacío, y desde este fluían varios charcos de agua como si alguien apenas se hubiera acabado de bañar.
—¿Philip? —preguntó al no verlo ni cerca del espejo ni en su cama.
—¡Estoy listo, papá! —su hijo caminó fuera de su armario dando una reverencia.
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In the Winter's Trail - one shots lams
DiversosEsta es una colección de historias, algunos cuentos y por lo general one-shots de parejas que rondan a menudo en mi cabeza. Adéntrate a mi mundo si te atreves, quedas advertido. Para más información, revisar el índice. Incluye: • Lams • Kingbury • H...