Valley Forge, 26 de enero de 1778
La fiebre no había parado desde hace tres días. En el campamento, el suelo de piedras y tierra se había cubierto completamente desde hace un mes. Se lo había advertido mucho, pero conociendo a su compañero de cuartel, no le sorprendía que cuanto más quería levantarse a traducir la correspondencia del general, más deliraba y le preocupaba de sobremanera. Verlo tenso en las sábanas blancas y con espasmos momentáneos, no le traía ninguna tranquilidad, menos cuando Alexander le aseguraba que todo estaba bien.
Él sabía que eso no era verdad.
Ayer había salido con el propósito de darle aviso a su excelencia de las condiciones de su ayudante de campo. Estaba mal y si pasaba un día más, se podía poner peor. Tampoco era como si estuvieran en condiciones de tener más bajas, menos cuando las tropas británicas se enontraban a menos de veinte millas de distancia del campamento. Ellos tendrían la oportunidad perfecta para atacarlos si no se mantenían alerta.
No podía ocupar los pensamientos del general con uno más que había caído por el clima. Y menos cuando se lo venían advirtiendo desde el otoño cuando el viento que el sur había traído consigo eran ráfagas de látigos contra los pobres árboles que pronto quedarían desnudos. De hecho, verlos sin ninguna hoja para inicios de diciembre, no le sorprendió para nada. Aquello era de esperarse.
Dentro del radio de visión, la nieve no paraba de caer, era un copo detrás de otro, una manta capaz de duplicarse y doblarse sobre ella misma para luego crecer en tamaño y amplitud. Ni siquiera quería imaginarse lo que era estar en medio de la nieve sin más que una fina tela para cubrirse de la tormenta. Desde la ventana brumosa, todo era simplemente blanco. Los techos de las demás cabañas se podían ver tiritando, casi con la misma fuerza que el viento podía emplear para levantarlos.
Pero aún no.
Estaba seguro de muchas cosas, una de esas era que Alexander podía estar muriéndose en la cama y así seguiría pidiéndole cinco minutos para terminar el trabajo que había llegado hace dos días. Por supuesto, él se negó. Ni que no lo conociera para saber que esos cinco minutos en su idioma bien podían ser desde tres horas hasta un día entero. Y era más que claro que necesitaba descansar, si ya de por sí venía de un clima cálido, el esfuerzo extra que haría, le bajaría las pocas defensas que le quedaban.
O eso había oído. Para nada era que su sueño frustrado había sido ser médico y por eso sabía una que otra cosa al cuidar a sus hermanos cuando de vez en cuando se enfermaban. Mucho menos estaba usando ese vago conocimiento en obligar a Alexander a quedarse acostado, mientras él sumergía un trapo en un cuenco de agua helada que había encontrado en la cocina del cuartel, para luego colocárselo en la frente. Sus quejidos no iban a doblegar su voluntad, entre más tiempo durara la fiebre, más tardada sería la recuperación y más explicaciones tendría que dar a sus superiores.
—¿Podía al menos callarse por unos cinco minutos? ¿Por favor? —le pidió ya que Alexander no paraba de recitarle las razones por las que la emboscada de hace dos años cruzando el río Delaware había sido una táctica ejemplar.
—Depende de a qué tipo de cinco minutos te quieras referir.
—¿Empezó a delirar de nuevo?
—¿Cuándo me detuve? —tuvo el tiempo suficiente para terminar la pregunta antes de estornudar— Está bien, podrías tener un poco de razón...
—¿Sabes qué? Mejor continúa, así te quedas sin voz y no tienes otra opción que cerrar la boca —exprimió el trapo de vuelta en el cuenco para luego colocárselo de nuevo en la frente.
Bien, no lo admitía en voz alta, pero debía estar satisfecho con lo que estaba haciendo. No cualquiera lo haría.
—Que extremos más desafiantes estaría por tomar únicamente por mí —bromeó volviendo a usar el tono formal con el que llamaría a su compañero de habitación los primeros días de conocerse.
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In the Winter's Trail - one shots lams
RandomEsta es una colección de historias, algunos cuentos y por lo general one-shots de parejas que rondan a menudo en mi cabeza. Adéntrate a mi mundo si te atreves, quedas advertido. Para más información, revisar el índice. Incluye: • Lams • Kingbury • H...