Capítulo 57.2

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Cuando Siena salió de la estancia, aún permanecieron callados unos segundos hasta que todos empezaron a moverse incómodos y comenzaron a levantarse con ganas de irse.

— No quiero que os marchéis aún ―ordenó Loira de pronto, haciendo que todos volviesen a sentarse expectantes―. Quiero que hablemos de un tema antes de dejaros ir hoy.

— Lo que acabamos de presenciar aquí no es una agradable antesala a una reunión amigable. Sería conveniente dejarlo para mañana, Loira ―dijo Elster con voz dura, recriminatoria.

— Me es indiferente lo que os haya hecho sentir el juicio de Siena. Más me duele a mí haber sido consciente de su traición y haber tenido la obligación de juzgar a mi propia hermana, pero la vida aquí sigue y no puedo consentir que perdamos el tiempo ―contestó con voz aún más dura. Estaba dejando claro que era una orden y debían acatarla todos―. Ahora, siéntate y escucha, como te ordena tu Reina.

Todos se sentaron aún más en silencio que antes. Estaba claro que la Reina no estaba contenta con el juicio y la decisión que había tenido que tomar y no esperaba que le recriminasen que hiciese cumplir la ley. Sin embargo, las miradas durante el juicio sí habían sido de incomprensión. Entendieron el juicio y la pena de Tajto puesto que casi la mata, pero nadie llegaba a comprender que no tuviese piedad con su hermana cuando se la veía claramente arrepentida. Por no hablar de que era la mejor en su trabajo. Urai esperaba que el tema de la comida no se viese alterado por la falta de dirección y organización por parte de Siena.

— Bien. Ya que estamos todos aquí quiero aprovechar para tratar varios temas. El primero es el sustituto de Siena. No estoy por la labor de que sea Arno, puesto que en ocasiones anteriores no ha demostrado sus capacidades cuando ha tenido que sustituir a mi hermana, sin embargo, por jerarquía es el siguiente. Además, espero que, al no tener ya el respaldo de Siena por si se equivoca, se centre y sea capaz de desarrollar el trabajo. De no ser así, el mes que viene nombraré a otro ―comenzó Loira algo más calmada.

— Nos parece bien ―fueron respondiendo todos. Urai prefirió no contestar cuando vio que la mayoría daba su aprobación. Él no podía olvidar que Arno había sido el que había seguido a Siena y quien la había delatado ante la Reina. Todo podría haberle salido bien a su mujer si no hubiese sido por ese indeseable. Sin embargo, había descubierto una traición en ciernes y había tenido mucho que ver en la operación para detenerles. Para todos los que eran conscientes de estos hechos les debía parecer la recompensa idónea, sin embargo, para él, le parecía una desagradable noticia.

— Perfecto. Pasemos, pues, al siguiente tema. Quería preguntar a Davra como va con los prototipos necesarios para los trabajos de Maissy ―preguntó dirigiéndose directamente a la aludida.

— Ya terminé la reparación de los prototipos. Estoy a la espera de si Maissy necesita algún ajuste más. De momento he vuelto a centrarme en la cúpula ―expuso la ministra de energía y tecnología de la ciudad, algo extrañada de que les hubiese hecho quedarse por temas que parecían banales a simple vista.

— ¿Cómo vamos con la cúpula? ―quiso saber Loira. Urai tampoco entendía la finalidad de la reunión por los temas que estaban tratando, pero Loira nunca daba puntada sin hilo por lo que suponía que todo aquello terminaría llevando a algún punto o conclusión importante para ella. O quizá solo buscaba dar sensación de normalidad después de lo ocurrido, restarle importancia a un hecho que había dejado a todos en shock. Fuera como fuese, tendría que esperar para saber sus motivos reales al final de la reunión.

— Mientras unos pocos de mis más experimentados trabajadores y yo hemos estado centrados en el proyecto reproductivo, el resto ha continuado con la cúpula. Al no tener dedicación completa hemos ido algo más lentos en este proyecto por lo que tenemos la cúpula muy atrasada ―explicó Davra algo nerviosa al no saber si esos datos iban a desatar la ira de una volátil Loira―. Estamos alrededor de tener el cincuenta por ciento de la cúpula construida.

La Profecía Incumplida I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora