Capítulo 16.2

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— Por más que adore ver lo sexy que te pones cuando sacas esa furia tuya, debo pedirte que te calmes y me dejes explicarme antes de que me mates —dijo él con tono sosegado, casi susurrando mientras le hacía soltar su camiseta y le señalaba la silla que había dejado vacía para que volviese a sentarse—. Bien, como te iba diciendo antes de tu arranque homicida, le dimos el visto bueno a Tajto para que matase a Loira, pero no es ese el fin que buscamos. Si fuese así, no te lo contaría, como estoy haciendo. Sé de sobra que sigues manteniendo contacto con Elster y que ella te debe estar informando de todo. Por eso te lo cuento, para que la pongas al día de las intenciones de Tajto y así le detengan —comenzó a reír al ver que ella le miraba, perdida—. Gabriel me dijo que queríais que Siena viniese a nuestra tierra, la conociese y abriese camino para comenzar una unión entre ambas civilizaciones. Estoy de acuerdo, quizá así Loira se abra a conocernos también. Pero, para lograr que Siena venga, debe ser la diplomática y para eso nos estorba Tajto, el actual y nada agradable diplomático vuestro. Si se le acusa de intento de asesinato nos le quitamos de en medio. Tu parte es contarle todo esto a Elster, que ella le detenga y se encargue de destruir las pruebas de sus conversaciones con nosotros. No queremos que, ni Siena ni Loira, piensen mal de nosotros.

— ¿Eres consciente de que la pena para el intento de matar a una mujer, sin entrar en que sea la reina, es la muerte? —dijo ella mirándole muy seria, apretando la mandíbula—. Vas a condenarle a muerte tú al pedirle que la mate.

— Punto uno, ha sido una propuesta de él. No ha sido nuestra idea, solo le hemos dicho que sí. Y punto dos, no tiene valentía para hacerlo él porque nos ha dicho que se lo ha encargado a otro. Ya se ha quejado de que Vestul no parece encontrar el momento y cree que se está echando atrás. Dile a Elster que hable con Vestul, debe decirle a Tajto que se niega y así tendrá que hacerlo él mismo. Implicar a más gente sería asegurarse el fracaso por lo que tendrá que hacerlo él. Y, después de que Elster destruya las pruebas que nos incriminen, deberá descubrirle para que sea juzgado —Azumara no podía evitar estar en contra. Sentía como si, estando de acuerdo, también le hiciese cometer el crimen ella y Trevor pareció comprender—. Escucha Mara, Tajto tiene la idea de que Loira sobra y debe reinar Siena. Hará lo que sea. Nosotros aprovechamos esa circunstancia para quitarle de en medio, salvar a Loira y facilitarnos las cosas a todos. Pero tú debes hacer tu parte. Es muy sencillo. Solo debes informar.

— Está bien —consintió ella. Entendía su razonamiento y no iba errado. No podía permitir que nadie hiciese daño a ninguna de sus nietas y Tajto lo estaba intentando. Se merecía lo que podía pasarle—. Informaré a mi hija para que lo arregle todo en palacio.

— Maravilloso. Sabía que estarías de acuerdo. Con esto, además, es más fácil que Siena pueda ser diplomática y venir con nosotros. Ella abrirá camino y Loira aceptará finalmente a Uriel. Se cumplirá la profecía —dijo el Rey sonriendo y dando un golpe a su hijo en el omóplato.

— Harías lo que fuera porque se cumpliese esa profecía vuestra sin tener ningún tipo de seguridad de que sea real. Que dudo que lo sea —adujo ella pensativa.

— Todo es cuestión de fe. Soy consciente de que os consideráis ateos, aunque veneráis a la Madre Tierra como si fuese vuestra Diosa. Nosotros reconocemos que creemos en Dios y que su profecía es totalmente cierta: "De la unión de un rey Sol y una reina Luna nacerá el principio del cambio y el final de la separación" —parafraseó él. Vio como ella ponía los ojos en blanco—. Ya sé lo que vas a decir. Siempre me dices lo mismo, pero nosotros os hemos llamado durante siglos Reino de la Luna. Lo de la Noche es un término vuestro. No solemos ver la luna debido a la luz solar por eso siempre nos sorprendió que la luz de luna fuese la única luz natural que teníais allí —seguía observándola, continuaba dubitativa—. Puede que no creas en la profecía, sin embargo, creo que podría darse ahora. Mis hijos y tus nietas tienen edades similares y esa unión sería el principio del cambio.

La Profecía Incumplida I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora