— ¿Había algún refugio seguro?
— No, realmente no. En las zonas del sur del globo comenzó a escasear el oxígeno, entre todos los demás desastres, y la población empezó a moverse hacia el norte, sorteando las fallas que aparecían por doquier o los volcanes repentinos donde no había historial volcánico. En el éxodo murieron muchos y los que se quedaron también perecieron. Ahora toda la zona sur del globo es lo que conocemos como la Zona No Habitable y ya sabes por qué se llama así.
— Sí, recuerdo muy bien lo que me ocurrió cuando tuve la brillante idea de adentrarme en esa zona, cómo cada vez se me hacía más difícil respirar.
— La rotación de la Tierra movía el aire y el oxígeno por todo el globo, ahora queda concentrado solo en una pequeña franja que no llega a cubrir el norte. No podemos alejarnos en exceso pues también se acaba el oxígeno. Es lo que llamamos la Zona de Exclusión. Hacia allá solo tenemos más hielo, en principio —comentó encogiéndose de hombros. Era cierto que no se habían molestado nunca en ir muy al norte, sobre el espeso hielo. Lo que necesitaban estaba al oeste, en la Tundra y el Trópico—. De todas formas, tampoco les sirvió de nada ir hacia el norte puesto que el movimiento de placas tectónicas hundió esa zona bajo el mar. No sabían dónde ir y, al final, los que sobrevivieron, tras dar muchas vueltas, fueron afortunados. Gente con suerte que estuvo en el sitio correcto, en el momento justo.
— Salvo los del Sol —susurró ella pensativa—. Ellos sí lo sabían.
— No podemos afirmar eso con seguridad. Sabemos que fueron grupos de científicos los que fueron, pero no sus motivos. Es decir, puede que fueran solo para investigar la nueva tierra, surgida donde antes habían tenido solo un océano. Eso no quiere decir que supieran que ahí estarían a salvo. Gran parte de esas tierras surgidas sabemos que volvieron a hundirse después, aunque no sabemos en qué momento llegaron ellos. Si antes o después de que se hundiera. Pudieron llegar y desplazarse posteriormente hacia el interior, huyendo de seísmos y hundimientos, o puede que llegasen después, a la nueva costa y se afincasen allí al no tener hogar al que regresar. Pero sí sabemos, tras conversaciones con ellos, que eran del norte de Europa y América del Norte y que al comienzo eran varios grupos que terminaron uniéndose en uno solo. Como nosotros, que fuimos buscando supervivientes y uniéndonos en una sola población —continuó con su explicación. Quizá, cuando fuese al Sol como diplomática, podría indagar para dar respuesta a todas esas preguntas. Estaba claro que había cosas que les habían contado y cosas que no. Su mayor curiosidad provenía del hecho de no entender por qué habían negado tanta información al resto de la humanidad que había sobrevivido.
— ¿Por qué nunca se ha buscado una unión entre civilizaciones? ¿Por qué está prohibida, de hecho? —preguntó cayendo en ese importante detalle. Hasta ahora había acatado esa ley sin buscar una justificación, pero ahora le parecía una buena solución a los problemas que debieron tener en el pasado o que tenían ahora.
— En varias ocasiones se planteó una unión. Al principio, ambas civilizaciones desconocían la existencia de la otra y, cuando fueron conscientes de los otros, se lo plantearon. Sin embargo, el dónde podían hacerlo posible fue el punto de controversia. Cada civilización se había adecuado a su zona, nosotros al frío y ellos al calor, no contemplaban irse de su zona a la otra para mezclarse, yendo a un clima totalmente opuesto al suyo. Y el sitio en que podían hacerlo era la Zona Neutral, que ya sabes por qué es neutral. Vivir ahí lo destrozaría todo y las zonas colindantes son para cultivo y solo vive el personal justo para mantenerlo y hacerlo productivo —contestó Urai con calma—. Sabes que, incluso en varias ocasiones, hemos tenido enfrentamiento cuando unos u otros han querido hacer un uso indebido del Trópico. Hemos evolucionado de forma tan distinta que unirnos se hace imposible y es motivo de conflicto cada vez que se ha propuesto a lo largo de nuestra historia.
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La Profecía Incumplida I
Science FictionPrimer libro de la trilogía "La Profecía Incumplida". Dos civilizaciones supervivientes luchando por evitar que la especie humana se extinga. Dos reinos obligados a entenderse para sobrevivir, tan diferentes como la noche y el día eternos en el que...