Capitulo 6

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—Mi señor, creo que deberíamos construir una herrería, solo mire este pico.

Un anciano barbudo con algo de músculo se le acercó a Arthur con un pico, este estaba oxidado y ni siquiera estaba completo del todo.

Arthur tomó el pico, lo miró por unos segundos y se acercó a una roca. Después de probar el pico, la roca se agrietó pero la punta del pico se quebró un poco.

—¿Vió? —Dijo el anciano.

—Tiene razón. ¿Cuántos hombres necesita para trabajar apropiadamente? —Preguntó Arthur.

—Bueno... no es como si fuéramos a comerciar herramientas así qué... con 2 o 3 personas me basta. —Murmuró el anciano.

Arthur asintió con la cabeza.

—Acompañeme.

Arthur tomó a 5 hombres dispuestos a trabajar en minería y cantería.

—¿Cuál es su nombre? —Le preguntó Arthur al anciano.

—André, mi señor. —respondió.

—A partir de hoy André será vuestro jefe. —Dijo Arthur— necesito comenzar a trabajar materiales de hierro y bloques de piedra, de este tamaño aproximadamente.

Imaginen un bloque de cemento solo que sin los agujeros. Para más eficiencia Arthur mandó a hacer un par de carretas, para transportar los materiales.

—¿Que haremos con las piedras, mi señor? —Preguntó uno de los aldeanos.

—Hacer el horno para fundir el hierro, por supuesto. —Dijo Arthur.

Con que hagan una fundición normal basta, no sería nada industrial pero suficiente.

—Empezaremos dónde inicia la montaña, de allí sacaremos todo lo necesario. Cualquiera que quiera ofrecerse a trabajar me aseguraré de recompensar a cada uno lo mejor que pueda. —Mencionó en voz alta.

Estaban en el centro del pueblo, a la vista y oídos de todos. Así los 5 pasaron a ser 15. Arthur no podía darles dinero, pero al menos podría asegurarles una buena presa o comida.

Si hacen una olla sería más fácil para Arthur hacer sal, básicamente lo había hecho con una roca en forma de cuenco hirviendo agua de mar.

Antes de irse, Arthur ordenó despejar un pequeño terreno para la fundición, al mismo tiempo le pidió a algunos carpinteros y peleteros que hicieran sopladores para avivar las llamas de la forja.

Arthur no supo que pensar cuando le preguntaron que era un soplador. Ni siquiera se molestó en preguntarles cómo avivaban el fuego de la forja.

Con todos trabajando, Arthur se dirigió con sus compañeros a un lado de la montaña más cercana y activó la vista de minerales en el sistema.

—Sistema, busca hierro. —Pensó Arthur.

[Buscando...]

[La veta de hierro más cercana se encuentra a 11 metros frente a usted, de unos 22.5 metros de diámetro, también puede encontrar estaño y cobre]

Solamente había que excavar en línea recta hasta encontrar el hierro. Arthur tomó uno de los picos que si funcionaban y golpeó la piedra.

—Quiero que comiencen a cavar aquí en línea recta. Tengan cuidado de no provocar un derrumbe, usen la madera para hacer vigas. —Dijo Arthur.

—Si señor.

Así los aldeanos comenzaron a minar en línea recta, Arthur los supervisó por un buen rato antes de ir a almacén de comida a chequear el espacio, luego de eso armó un grupo de caza y se adentraron en el bosque.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora