Capitulo 35

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—¡Eres asombroso, Arthur! No solo nos diste una impecable victoria sino que también lo hiciste sin perder un solo soldado. —Mencionó Liliana alegremente.

—Una hazaña sin precedentes. —Dijo Winston.

Robert se sentía orgulloso, puesto que si su líder era halagado, significa que él y sus hombres hicieron un buen trabajo como soldados.

Arthur por otro lado negó con la cabeza.

—No es la gran cosa, la mayoría de los enemigos estaban tan distraídos con el verdadero ejército que para cuando se dieron cuenta de nuestra presencia ya era muy tarde. —Aclaró Arthur.

—¡Pero aún así te infiltrarse y atravesaste las líneas enemigas dándonos una oportunidad de oro! Tu arriesgado acto te hace el verdadero dueño de la gloria y el mérito. —Exclamó Liliana.

Arthur sonrió y levantó los hombros.

—Al final es la gente que decide quien merece ambas cosas. —Dijo y negó con la cabeza—. Yo por otro lado, no soy más que un soldado. Hago lo que se debe cuando se debe.

Winston estaba satisfecho con este joven demasiado modesto como para aceptar el hecho de que todo fue obra suya. Estaba contento de que su princesa tuviera un aliado así pero también apenado de no poder tener más.

La princesa estaba muy complacida con este aliado suyo, no podía esperar a ver qué más cosas asombrosas es capaz de hacer.

...

La nieve finalmente se había derretido marcando así un nuevo año en el mundo. Era el año 1012 ahora y las personas deseaban que sea próspero y lleno de fortuna.

En la capital, el rey y sus asesores se preparaban para una nueva oleada de siembra sin cesar. El invierno había sido duro y mucha gente murió por frío o hambre pero eso, al rey no le importaba.

—Bueno, Arthur. Iré a mis aposentos ahora, mis hombres necesitan descansar luego de tanto viajar de allá para acá. —Sonrió Liliana.

Arthur asintió con la cabeza y se despidió de Liliana, Winston hizo una reverencia y la siguió. Arthur se dirigió a la sala del trono y entró.

El rey y sus asesores miraron con el ceño fruncido a quien interrumpía su junta, pero luego de ver que se trataba de Arthur sintieron curiosidad.

—Majestad. —Dijo Arthur arrodillándose respetuosamente.

—¿Por qué has vuelto? —Preguntó el rey—. ¿No deberías estar con el general Mallory?

Arthur se levantó y le mostró una carta al rey.

—El general me pidió que le entregaste esto. —Respondió.

El rey sacudió su mano y un sirviente se acercó a Arthur, luego de tomar la carta se la entregó al rey y la leyó.

—Ya veo... —Dijo, luego sonrió—. Cómo se esperaría del general.

—¿Noticias del frente, señor? —Preguntó un asesor.

El rey asintió.

—Pues, el supuesto fuerte impenetrable no era tan impenetrable después de todo, el general y sus hombres masacraron a todos y solo perdieron unos pocos cientos. —Explicó.

Los asesores se miraron con sonrisas de asombro.

—Como se esperaría del general Mallory. —Dijo uno.

—Simplemente maravilloso. —Mencionó otro.

Arthur pensó que el general se había tomado el crédito de toda la operación, pero no le importó en absoluto.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora