Capitulo 81

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-¿Cariño, que está pasando? -Preguntó la esposa del general, asustada por los incesantes estruendos.

Ella no era conciente de lo que sucedía allá afuera, pero aún así tenía miedo.

-Es Arthur, vino a por nosotros. -Dijo el general, la mansión se sacudió por un instante-. Debemos salir de aquí cuánto antes, preparen todo, nos vamos a-

-¡Mi señor! -Un soldado entro apresurado agotado y asustado.

-¡¿Que sucede?! -El general temió que los hombres de Arthur ya hubieran derribado sus defensas.

-¡La puerta norte! ¡La han...! ¡La han derribado!

-¡¿Qué?! -El general gritó.

La puerta norte era la única salida de Calbourne y como los Mallory nunca esperaron que un día así llegaría, no tenían pasadizos secretos. Por primera vez en su vida, el general se arrepintió de no haber escuchado a su difunto padre quien le había advertido de esto.

-Los tiempos cambian, y las emergencias abundan en algún momento... -Fue lo que le dijo hace ya muchos años.

Nadie se lo esperaba, se suponía que los Mallory eran tan fuertes como la familia real. De hecho, no había forma de que Arthur ganase si no fuera por las armas de fuego.

Si hubieran venido como antes, las tropas de los Mallory más bien hubieran salido ellos mismos a dar la cara. El muro no hubiera sufrido ni un rasguño.

-Padre, ¿que vamos a hacer? -Emilia, su hija, Preguntó mientras observaba a su hermano sentado junto a la pared mientras murmuraba aterrado.

-Ya no hay nada que podamos hacer... -Dijo el general decaído, pero de repente, una breve chispa ocurrió en su cerebro-. No, aún queda algo. Quizás no hay un pasadizo, pero si una habitación secreta. Síganme.

El general llevó a su familia, corrieron por los pasillos de la mansión y se detuvieron en seco cuando un pedazo de la pared estalló.

-¡¿Q-Qué?! -Gritó Darla, la esposa del general.

-¡No se detengan! -Continuaron corriendo.

Detrás de la cocina, en uno de los estantes estaba oculta una entrada que llevaba a un sótano. Aunque estaba cubierto de polvo y telarañas, debía de ser lo suficientemente seguro.

-Dioses, por favor mantengan a salvó a mi familia. -Murmuró el general antes de empujarlos al interior.

-¡¿P-Padre?! -Gritó Emilia.

-No salgan hasta que sea seguro. -El general cerró la entrada que al mismo tiempo era la salida.

Hizo caso omiso a los gritos de su hija, con sus manos temblorosas se separó del estante y caminó hacia la salida.

-¡Mi señor! -Gritaron los soldados al ver a su amo y superior.

-Hombres, ha sido un honor combatir a su lado.

El general hizo un gesto de respeto hacia sus soldados. Todos sabían lo que implicaba, que está sería su última batalla.

En la ciudad, la mitad de los hombres de Arthur mantenían a los de los Mallory a raya mientras que la otra mitad resguardaba a los civiles y capturaban a los rezagados.

Ahora que estaban a rango, algunos Orlianos fueron heridos pero sus petos combinados con armaduras de malla los mantuvieron vivos.

Era una combinación entre una armadura medieval y la de un cosaco, era raro pero a la vez increíble.

Liliana vió los horrores que resultaron de las armas de fuego. Gente desmembrada, algunos tenían agujeros en el cuerpo pero a otros les faltaba media cabeza, varias extremidades. Algunos incluso tenían el pecho abierto.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora