La misión fue completada con exito. Después de recibir los buenos tratos de Arthur y su gente así como escuchar sus discursos motivacionales. Decidieron entregarse a este nuevo señor suyo.
La confianza aumentó aún más cuando se enteraron que el 99% de Orley eran ex-esclavos. Nadie más que un esclavo podía reconocer la verdad de otro cuando hablasen.
Ahora la siguiente misión de Arthur era llegar a 10 seguidores. Desbloqueando diferentes tipos de barcos de madera y fabricación de distintos objetos y materiales como telas.
Arthur estaba algo emocionado porque ahora podía construir maquinarias semi industriales.
Nada eléctrico ni al vapor pero sí lo suficientemente avanzado como para acelerar toda su fabricación en un 30%.
Ahora solo debía poner estos proyectos en marcha. O por lo menos en enero.
...
La nieve desbordaba del palacio real, podía verse sirvientes y esclavos barriendo el exceso soportando el la fría brisa y de vez en cuando, los montones de nieve que se desprendían de los tejados.
Por los pasillos del palacio, podía escucharse el traqueteo de un caminar. Liliana caminaba a paso rápido sin preocuparse por las miradas que le diesen.
Había llegado hace poco a la capital, ahora debía de encarar a su padre.
*Clin* *Creeeeck*
La pesada puerta de la sala del trono se abrió. Los asesores del rey estaban presentes reportándose las necesidades y sucesos recientes en sus tierras.
Principalmente estaban aqui para quejarse del clima y robarle dinero al rey pero eso a nadie le importa.
-Padre. -Se arrodilló Liliana.
-Vaya, es la primera vez que vienes tan pronto en tan poco tiempo. -Dijo la quinta reina.
Pero Liliana la ignoró, en cambio fijó su atención en el rey.
-¿Que es lo que quieres? -Preguntó el soberano.
-No he venido a molestar, padre. Tengo un asunto que me gustaría platicar contigo, pero por favor, termina tus asuntos primero. -Dijo respetuosamente.
Ella se levantó, miró a los asesores, asintió con la cabeza y se hizo a un lado.
Las reinas la miraron con intriga, incluso su madre, la tercera reina. El rey miró a Liliana por unos segundos antes de dirigirse hacia sus asesores.
-Continuen. -Dijo gesticulando con su mano.
-Como le decíamos...
...
Liliana estaba perpleja ante esta gente que solo savia hablar y hablar. ¿Con cuántas palabras no adornaron su discurso para quitarle dinero al rey? Lo peor es que convencieron a su padre, aunque no obtuvieron la cantidad que querían.
El rey Baldric sabía lo que estos hombres querían pero para no disgustarlos les dió menos pero no tan poco.
El problema fue que, para cuando terminaron. Las hermanas de Liliana habían llegado a la sala del trono, incluso algunos de sus hermanos.
-Liliana, puedes acercarte. -Dijo el rey.
Liliana tragó saliva, su corazón latía rápido, un sudor frío recorría su espalda y sus piernas se sentían débiles.
Pero aún así, avanzó y se detuvo frente al primer escalón del trono.
-Puedes hablar. -Dijo Baldric.
ESTÁS LEYENDO
Rey De Reyes - Volumen 1
Ficción General¿Que pasaría si un joven amante de la estrategia, gestión de recursos y supervivencia va a otro mundo ambientado en la edad media dónde los castillos se alzan y las espadas chocan? Pues de eso trata esta historia, Arthur, un joven muy inteligente y...