Capitulo 59

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—Toma, apuesta 30 monedas de oro a qué Arthur gana. —Dijo Liliana.

El sirviente se inclinó y se llevó el dinero, todas la miraron de reojo.

—Apuestas mucho por Arthur. —Dijo la primera princesa Minerva.

—Tu también apuestas mucho por Elliot. —Respondió Liliana.

—Sir Elliot. —Corrigió—. Y sí, porque es obvio que va a ganar.

—¿Quieres apostar? —Sonrió—. 500 monedas de oro a qué Arthur le da una paliza a tu Elliot... Suponiendo que este último sobreviva hasta entonces, claro.

—¡Hmph! ¡Acepto! —Respondió indignada.

—¡Yo también quiero apostar! ¿Puedo? —Dijo Nanya.

—Con nosotras no, pero puedes decirle a tu sirviente que se lleve un par de monedas a la casa de apuestas. —Respondió Liliana.

—Awww... —Nanya suspiró, pero después le pidió unas monedas a su madre y terminó apostando 10 por Arthur.

Cómo era una niña, no querían que se volviera adicta a las apuestas así que hicieron una pequeña suma.

Curiosamente, Arthur también apostaba por sí mismo, en su mente, había que aprovechar. Hasta entonces ya tenía amasada una suma de más de 1000 monedas, bastante considerando que aún no estaban ni a la mitad del torneo.

Arthur se encontró con Vincent, ambos se inclinaron con respeto.

—Mi padre habla muy bien de ti, dice que sin tí no habría ganado ese día.

—El me habló un poco de tí en el frente, te aconsejo buscar ser mejor que él si quieres impresionarlo de verdad. —Respondió Arthur.

Vincent lo miró con sorpresa pero asintió.

—Lo tendré en cuenta.

Ambos se prepararon, usaban espadas iguales pero diferían en armaduras. como son familiares tiene el emblema de sus casas bien grabadas y visibles en ellos.

A diferencia de las peleas anteriores, Arthur está vez fue el primero en hacer un movimiento avanzando con una postura de ataque.

Vincent se preparó y recibió su espada con la suya, retrocedió al ver que Arthur planeaba usar su otra mano para aparentemente agarrarlo.

Después de eso le devolvió una estocada, Arthur la desvió haciendo que pasara junto a su abdomen para luego atacar su cuello.

Vincent se agachó haciendo que la espada pasará por encima de su cabeza, posicionándose detrás de Arthur, intentó cortarla pero este lo esquivó con un pequeño salto.

La gente aplaudió a ambos combatientes mientras estos daban vueltas manteniendo la distancia y el contacto visual.

—Eres bueno. —Dijo Arthur.

—Tú también... —Respondió—. Eres muy rápido.

Ambos se detuvieron luego se lanzaron al mismo tiempo chocando espadas varias veces. Sus ataques apuntaban hacia las zonas débiles pero rápidamente eran desviados por el otro y así sucesivamente.

De repente, Vincent comenzó a sentir que estaba siendo acorralado y cuando intentó hacer tiempo separándose de Arthur notó que este no lo iba a dejar tan fácilmente.

Como una sombra atada a su cuerpo, Arthur mantuvo la misma distancia siempre ya sea avanzando o retrocediendo

Esto ejerció bastante presión en Vincent y en un intento desesperado por separare, Arthur desvió su espada y le golpeó la mano haciendo que la soltará para luego atraparla rápidamente y colocar el filo de una en su cuello y la punta de la otra en su pecho.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora