Capitulo 80

1.6K 262 50
                                    

Ornsted, territorio del conde Preston. Territorio el cuál debían pasar para llegar a las tierras de los Mallory.

Arthur aprovechó eso para reencontrarse con preston quien tras un largo tiempo se sintió desesperado. Ver a su yerno por fin le hizo sentir un gran alivio pero tras enterarse que llevaba a 8 mil soldados consigo se sintió preocupado.

—Arthur, 8 mil soldados no son suficientes para vencer al Generar Y Mariscal Mallory.

—Creo que tenía 800 soldados la última vez que peleamos juntos, Preston. ¿Recuerdas como fue? —Arthur soltó una risa.

—¡Esto es diferente! Estamos hablando de alrededor de 30 mil soldados. ¡Quizás 50 mil! Tú solo, sin aliados.

—Por favor, sus soldados son débiles. Están acostumbrados a tener la vida fácil solo por seguir a los Mallory. Mis hombres por otro lado, han pasado por muchas pruebas, entre ellas los horrores de la esclavitud. Dime, ¿Crees que haya un solo soldado entre sus filas que haya sobrevivido a eso?

—Pero aun así... —Preston frunció el ceño.

Arthur colocó una mano en su hombro.

—Suegro, déjame hacer esto. ¿Sí? Te prometo que volveré vivo, 100% seguro. Y una vez que alivie el dolor de mi esposa, Miri y yo nos casaremos. Palabra de yerno. —Arthur sonrió.

—¿Y que pasa con la corona? Si atacas a los Mallory serás considerado un traidor. Ahora tienes el factor sorpresa así que supongamos que lo logras, ¿Que harás después? Tú y mi hija estarán en peligro y yo estaré en una mala posición por apoyar a un traidor.

—Preston, tuve casi 5 meses para prepararme. No haría una locura si no tuviera un plan. Descuida, no soy de los que se lanzan de cabeza sin saber si saldrá vivo o no.

Arthur soltó una risa.

—La corona no se atreverá a tocarme una vez sepan lo que haré.

...

—Vigila Orley por mí, suegro. Si alguien intenta tomar la ciudad, demuéstrale que los Graywolf y Graycastle no se andan con juegos.

Preston asintió con la cabeza y se despidió de Arthur, sacudió su mano mientras veía a los soldados marchar.

Algo en ellos se sentía raro, no solo sus armaduras eran nuevas, sus armas y escudos también. Aparte llevaban un extraño bastón en la espalda.

Preston también notó los carros empujados por caballos, cada uno tenía una larga tela que cubría su cargamento. A pesar de verse como una carreta normal, algo no se sentía bien. Quizás era por la forma de la tela, parecía ocultar algo largo y metálico.

Al ser territorio aliado no tuvieron muchas precauciones pero una vez llegado a territorio enemigo, todo el mundo levantó la guardia.

Arthur hizo breves paradas en las aldeas de los Mallory habló un poco con los aldeanos y los convenció para unirse a su causa, ya sea con dinero o con recursos.

En pocas palabras, Arthur compró las aldeas enteras, luego las fue quemando por el camino. Los aldeanos por otro lado, pese a estar algo dolidos, sintieron que el dinero cubría las pérdidas.

Pero tampoco pudieron negarse, sintieron temor de esta persona, si se hubieran negado seguramente los habrían quemado con todo y aldea.

En Calbourne, todo parecía ser un día normal, los guardias de la entrada incluso bostezaban aburridos, todo tranquilo hasta que de repente notaron algo extraño en la distancia.

Personas venían corriendo desesperadamente, como si huyeran de algo.

—¡Peligro! ¡Se acerca un ejército! ¡están quemando las aldeas y matando a todos a su paso! ¡Deben avisar a nuestro señor cuánto antes! —Gritó un aldeano aterrado.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora